lunes, 17 de septiembre de 2018


Festival Hispanoamericano de Escritores 

DEL 18 AL 22 DE SEPTIEMBRE

LOS LLANOS DE ARIDANE  
LA PALMA (ISLAS CANARIAS, ESPAÑA)







El primer Festival Hispanoamericano de Escritores, promovido por el Ayuntamiento de Los Llanos de Aridane y la Cátedra Vargas Llosa, con el apoyo de Acción Cultural Española (AC/E), pretende el desarrollo de la cultura en español a través de una de sus principales manifestaciones, la literaria.
En el siglo XVI, la isla de La Palma recibió el privilegio de comerciar con América. La prosperidad de la isla, al principio de su historia moderna, se encuentra especialmente ligada a este hecho. La isla se convirtió enseguida en uno de los puertos más importantes del Imperio Español. Los otros puertos que atesoraban este privilegio eran Amberes y Sevilla. La isla de La Palma, por tanto, fue para los americanos, en aquel momento —primeros años de hispanidad—, la tierra española más próxima a América.
Es mucho lo común, lo compartido y lo asimilado entre América y La Palma. Se trata de territorios hermanados por diversos hitos históricos y un buen número de manifestaciones culturales, además de por la lengua. Migraciones de ida y vuelta, cultivos, gastronomía, la música popular, la arquitectura colonial, y —entre otras muchas cosas más—, la música del propio idioma español, que produce múltiples y diversas simpatías entre americanos y canarios. La Palma, como el conjunto de Canarias, es esa tierra a medio camino, atlántica, entre el territorio español peninsular y los países americanos de habla española (y viceversa).
En la Plaza de España de la ciudad de Los Llanos de Aridane se encuentran los laureles de Indias que los emigrantes de Los Llanos llevaron para su tierra a la vuelta de Cuba. El Cristo de la Salud, que se encuentra en la Iglesia de los Remedios, es un Cristo de Maíz moldeado en el siglo XVI por los indios Tarascos de México. El padre de la antropología social moderna, Malinowski, en su introducción —fechada en Yale University en 1940— al libro Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar, de Fernando Ortiz, afirma: “He conocido y amado a Cuba desde los días de una temporada y larga estancia mía en las Islas Canarias, en la Isla de La Palma. Para los canarios, Cuba era la tierra de promisión, adonde iban los isleños a ganar dinero para retornar a sus nativas tierras en las laderas del Pico de Teide o alrededor de la Gran Caldera”.
Este Festival Hispanoamericano de Escritores supone un encuentro entre escritores españoles y americanos, con la particularidad de que concederá espacio a los escritores españoles del conjunto de las islas, que ejercerán de anfitriones.
Entre los invitados a su primera edición, el festival contará con importantes autores hispanoamericanos: Mónica LavínValeria Correa FizHernán Lara ZavalaCarlos FranzJosé BalzaJuan Carlos ChirinosGonzalo Celorio, Francisco Javier Pérez Hernández y Alberto Ruy Sánchez.
El número de participantes del ámbito literario nacional será de 7: José EstebanErnesto Pérez ZúñigaJ.J. Armas MarceloCarmen PosadasBlanca RiestraJosé Manuel Fajardo y Juan Manuel Bonet. Y a estos se sumarán 13 autores españoles que desarrollan sus obras en las islas: Elsa LópezSantiago GilAnelio Rodríguez ConcepciónJosé Luis CorreaTeresa Iturriaga OsaErnesto SuárezAlba Sabina Pérez, la Premio Canarias de Literatura Cecilia Domínguez LuisRicardo Hernández BravoLuis León BarretoRoberto A. Cabrera, Maiki Martín Francisco y Alexis Ravelo.
Además, en esta ocasión, contaremos con un grupo de observadores, prescriptores internacionales de literatura, como el escritor y director de la FIL de Isla Margarita Antonio López Ortega, el librero y editor peruano-suizo Rodrigo Díaz Pino, etcétera.
Consejo AsesorElsa López, Gonzalo Celorio, J.J.Armas Marcelo, Alonso Cueto y Anelio Rodríguez Concepción
DirectorNicolás Melini
Concejal de Cultura del Ayuntamiento de Los Llanos de AridaneCharo González Palmero
AlcaldesaNoelia García Leal

Fuente:



 


viernes, 14 de septiembre de 2018



FIRMA DE LIBROS 
DE TERESA ITURRIAGA OSA

EN EL FESTIVAL HISPANOAMERICANO DE ESCRITORES 

LOS LLANOS DE ARIDANE

LA PALMA, SEPTIEMBRE 2018.


DeLirium, Editorial La vocal de Lis, Barcelona.



Gata en tránsito, Editorial Alhulia, Granada.



Con dedicatoria a Cecilia Domínguez Luis








Autores en la firma colectiva de libros del Festival Hispanoamericano de Escritores:

Maiki Martín Francisco, Ernesto Suárez, Cecilia Domínguez Luis, 
Antonio López Ortega y Teresa Iturriaga Osa.


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Gata en tránsito / POEMAS https://www.alhulia.es/es/producto/gata-en-transito/

DeLirium / RELATOS Y POEMAS http://lavocaldelis.com/etiqueta-producto/delirium/


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miércoles, 12 de septiembre de 2018





El violín y el oboe


"El violín no es el oboe; uno es pasión
y el otro es sabiduría."

(Yves Bonnefoy)




Había una vez un oboe que descansaba en solitario bajo la sombra de un gran árbol cuando, de pronto, oyó los gritos de un loco violinista que bailaba sobre un tejado. Sin duda, aquel hombre tocaba con tanta alegría que el sonido de su violín llenaba el valle de transparencias mágicas. Pobre y feliz, saltaba por encima de los agujeros del techo de su casa mientras su música sobrevolaba los montes hacia otros mundos invisibles desde las cúpulas del viento.

El oboe se quedó tan fascinado que, desde entonces, no podía olvidar al violín, ¡qué suerte vivir así!, ¡con la energía de un gran soñador! Él, por su parte, vivía cómodamente en un lujoso apartamento de Viena. Todos los días, su dueño lo trataba con mimo y respeto, y en verdad que no tenía ningún motivo para quejarse de nada, todo lo contrario. Al regresar del trabajo, antes de cenar, el hombre se aislaba del ruido de la calle en el gran salón de su casa y tocaba el oboe con fuerte personalidad, intimidad y afecto, arropándolo en silencio. Pero su ritmo era muy diferente al de aquel poema cifrado que el oboe había escuchado en el violín, un enigma hundido en su centro inconsciente, sumergido en un mar de cadencias que escapaba a toda lógica.

El oboe estuvo entretenido en estos y en otros pensamientos difusos durante muchos días… hasta que, finalmente, pensó que… en efecto, todo estaba bien, que los dos eran notas de la vida, eran signos de dos presencias en el mundo, violín y oboe, oboe y violín... Y se tranquilizó. Aunque él siguió soñando cada anochecer con aquella cima de su horizonte (¿dónde?, ¿pero dónde estaría el violín?).

Hasta que un día de primavera se conocieron. Ambos músicos tocaban al aire libre, cada uno por su lado, cuando se levantó un viento cálido que desplazó el sonido y las notas chocaron. Entonces, el oboe escuchó atento. El violín -al igual que él- sólo iba en busca de sí. ¿Serían capaces de seguirse en ese vuelo? Era difícil. Aún así, él quería iniciar un diálogo de palabras intraducibles… pero no sabía cómo. Comprendió que el habla espontánea, incontrolada e irreflexiva de las cuerdas de aquel violín no siempre se adaptaría al espíritu de otro instrumento. Eso le inquietó y se lo dejó notar al violín en la distancia. La respuesta del violín no tardó mucho en llegar: "No hay nada de razonable en mi melodía de loco colibrí, lo sé, pero no puedo evitarlo".

El violín también le dijo al oboe que no podía privarle de la libertad necesaria para respirar, porque sería él, con su voz grave, quien establecería un poso de sosiego en el ensemble musical. En realidad, el violín se sentía un poco solo en tan altas llanuras y quería intentar un descenso, así que le prometió que haría todo lo posible por respetar su espacio. El agitar de sus alas entre las flores también dejaría escuchar el discurrir de las gargantas entre reflejos y sombras. El oboe reflexionó durante unos días y pensó que no debía contradecir las asonancias o las rimas de aquel colibrí si realmente deseaba disfrutar de una sinfonía à deux. Tenía que decidirse y asumió sin remedio que él sería su propio consejero. Y sí, quiso intentarlo. Porque el sonido del oboe, tan viejo como el mundo, le recordó cómo se construye la belleza y la armonía.

Y, desde ese momento, el violín y el oboe hicieron sonar una música en todas las direcciones que se extendió hasta el infinito y que no se detendrá mientras existan dos seres a la espera de encontrarse.

Todo es extraordinariamente diferente en el juego del universo y ésa es la riqueza de cualquier Babel que queramos conquistar. Tal es la moraleja de este cuento.




Teresa Iturriaga Osa

viernes, 7 de septiembre de 2018


Adivina quién viene a leer

Entrevista de Sonia Rico





DeLirium”
de Teresa Iturriaga Osa

Editorial La vocal de Lis, Barcelona
www.lavocaldelis.com



_“DeLirium”, ¿por qué este título tan sugerente, misterioso y ambiguo? Realmente es una palabra que puede decir mucho ¿no crees?
- No es fácil llegar al fondo de “DeLirium” y acercar su sentido al lector desde mi percepción poética. Hay que sintonizar una frecuencia de onda relacionada con el número 8. Yo lo llamo el infinito erguido. Desde ahí, mi escritura camina por varias dimensiones entre el delirio y el amor a lo vivo. Porque cuando entro en el túnel de las palabras se produce en mí un cambio de estado y accedo a otra esfera de la realidad, al mundo esencial de las cosas. Una vez dentro de ese proceso, el material me va llevando al interior de mí misma, pero en ese tránsito podría caer en la locura, en la más grave adicción. Es un difícil equilibrio al entrar y salir de un profundo abismamiento. Por eso, el título de este libro. Por eso, “DeLirium”.

_ Traduces literatura, publicidad turística y periodismo de viajes; ¿qué es lo más difícil que has tenido que traducir?
- Lo más difícil de traducir es un texto literario. Puedes perder hasta el sueño persiguiendo lo que los traductores denominamos la “equivalencia comunicativa” entre el texto original y el texto meta. En estos casos, el traductor ha de ser escritor, de otro modo, no podrá ser mínimamente fiel al autor que analiza. Los matices de un texto literario son infinitos. La traducción es un ejercicio de búsqueda de la intención del autor del texto original y de adaptación al lector de la cultura meta.

_ Escribes tanto narrativa como poesía; ¿te aportan y te llenan por igual? ¿o te decantas por una de las dos cosas?
- El escritor canario Emilio González Déniz, en su prólogo de “DeLirium”, dice que en mi prosa nunca abandono mi inquietante mirada poética, y yo creo que tiene mucha razón. La materia prima es la palabra, lo demás son cuestiones formales, estructuras que hay que saber manejar según el estado anímico. Es decir, las palabras de un texto poético, ya sea en verso o en prosa, me llegan desde el exterior y se fusionan con mi interior de poeta -vive en los nombres o en los verbos, en los adjetivos, los pronombres, los adverbios o en cualquier signo de lo suprasegmental -, en un juego que arrastra fuerzas incontrolables. Como si desencadenaran una reacción, la poesía toma del núcleo lo necesario para abrirse en estallidos de sensaciones más allá de la voluntad y la razón lógica. En ese momento, las asociaciones son libres y ellas mismas organizan a su antojo mi mundo verbal. Y creo firmemente que la palabra puede cambiar la materia, como lo expreso en estos versos:

(...)
Hubo una vez un poema
que cambió el tiempo en llanura
y la llanura en placer.
Siempre ante el ruido de cañones.
Sus mil rostros siguen llorando la guerra.
Cuando el odio esparce su vértigo,
lo vomita por la espiral.

De roca a roca,
con mensajes clandestinos,
un grito salta a la atmósfera
y ya nos llueve sobre el hombro.
Ahoga al sol en su sequía
solo para enseñarnos
cuanto clamor hay que nadar...

  • Tu último libro “Delirium” sorprende por su mezcla de narrativa y poesía. ¿Cómo tuviste la idea de combinar las dos cosas? ¿estás satisfecha con el resultado?
  • Me encanta el mestizaje de géneros porque yo soy una “mujer Libra” hecha de prosa y poesía. Vivo en el espacio de la complejidad que no toca los extremos, sino que los enlaza. Detesto las clasificaciones y los compartimentos estancos para definir a las personas de una forma simplista. “DeLirium” ha sido publicado en Barcelona por “La vocal de lis”, una editorial formada por mujeres de mentalidad avanzada. Es una joven editorial que nació con el impulso femenino de apostar por la literatura como motor de cambio. Y en cuanto conocí a su editora Imma Domenech y a su equipo, supe que depositaban su confianza en mi proyecto y todo fue desarrollándose con un diálogo transparente y profesional. Siempre digo que en el mundo de la edición hay muchos vendedores de humo que traicionan el espíritu de la  palabra; por eso, encontrar gente creativa, seria y trabajadora, es una gran suerte.
_ Hablemos de poesía ¿crees que está de actualidad? O, al contrario, ¿piensas qué es un género más propio de otra época? ¿Crees que la gente joven la lee o prefiere otro tipo de literatura?
-Nunca he enfocado la poesía hacia un público concreto. La edad, la condición sexual, los gustos sociales... son parámetros que tienen que ver con el tiempo y el espacio, pero la poesía pertenece a otra dimensión que está más allá. Yo escribo poesía desde los quince años y me moriré con un poema en los labios. Sentir la poesía no depende tanto de los conocimientos ni de las valoraciones de la mente racional, sino de la propia vivencia, sensibilidad y agudeza emocional compartida entre el autor y el lector. Experiencia silenciosa e inasible que nos sitúa en un nivel de frecuencia vibratoria en sintonía. No se puede desentrañar el secreto oculto del poeta sin rozar el misterio que apunta. La poesía nos invita a navegar juntos en ese sueño. Descifrarlo será labor de cada uno.

_ En tus poemas no sigues un patrón, hay poemas cortos y otros más largos; ¿no sigues unas pautas normalmente? ¿o depende de lo inspirada que estés con el tema?
- Mi escritura literaria es un acto creativo que fluye con un ritmo nada medido, cuadriculado, obsesivo. Más bien, le gobierna un desorden regido por la improvisación y el azar de la luz, que a su capricho enfoca uno u otro objeto según el grado de intensidad del día. Entonces, al pasar a su lado, la materia elegida gime y pide su turno de presencia. Así comienza el proceso, inspirado en una grieta, o un plato roto, esmalte, azulejo abandonado, una arruga de mantel, los flecos deshilachados de las cortinas, un pañuelo firmado con dos gotas de colonia, un resto de carmín exhibiendo sus manchas insistentes sobre el alma o, quién sabe, hasta una copa sucia y olvidada en un armario rebosante de vacío.

_ Dedicas algunos de tus poemas a Maite, a María… ¿son personajes reales o ficticios?
- María y Maite son mis hijas. Dos preciosidades por dentro y por fuera, mujeres de verdad que van por el mundo esforzándose en hacer realidad sus sueños. Para mí son grandes maestras, porque sus experiencias enriquecen mi camino. Creo que entre padres e hijos debe establecerse una relación de aprendizaje en ambas direcciones. Yo no concibo la vida sin mariposas en la frente y con ellas sobrevuelo el paraíso, por eso les dedico mis poemas más sentidos desde lo alto.

_ El poema “Por una arena negra” lo dedicas a Góngora; ¿es un autor que te marcó de alguna manera especial?
- Góngora es la palabra precisa que encuentra el equilibrio entre el fondo y la forma poética. Su musicalidad fonética se adhiere a la honda emoción que su léxico expresa. Por eso es uno de los poetas que más me ha costado traducir. Hay que sacrificar siempre algo de su idiolecto en el transvase a otra lengua porque es imposible ser tan perfecto como él. La arena negra lleva en su esencia el roce del fondo atlántico, magma petrificado y sacudido por el tiempo marino. Y quien se tumba al sol de las playas salvajes de Canarias sabe muy bien lo que se siente al susurrar su voz.






Teresa Iturriaga Osa 
con Imma Domenech, 
editora de La vocal de Lis, Barcelona.



                                   ***

                                                                    

martes, 4 de septiembre de 2018


 

 

Acerca de AQUÍ PASA ALGO RARO, de Susana Guzner


Con profunda satisfacción presento la 2ª edición de mi novela Aquí pasa algo raro (Ed.Dunken, Argentina/ Editorial Círculo Rojo, Estado español y Aca. Latina). En rigor, se trata de una re-edición recreada, en tanto la primera se malogró por el repentino y definitivo cierre de su editorial española a poco de publicarla. 

Aquí pasa algo raro aborda el tema de una lacra intolerable para la Humanidad: el padecimiento de cientos de miles de seres migrando forzosa y penosamente por el mundo en una desesperada búsqueda de identidad, paz, pan y dignidad, así como su ignominiosa contracara, las mafias criminales que trafican y comercian con sus vidas.
 
¿Por qué el humorismo como elección literaria? Diría que porque es la única vía que me permite aproximarme a una tragedia que me indigna y golpea muy hondo. El humor, la parodia y el sarcasmo enmascaran el drama, a la par que lo realzan y acrecientan, como en la tragicomedia clásica.

He optado por una arquitectura narrativa diamantina, una suerte de caleidoscopio de identidades –hondamente consustancial al argumento– que escenifica un peculiar baile de disfraces en el que sus numerosos personajes pocas veces son lo que aparentan. Tampoco su protagonista Aurora, ni Gara, una de las co-protagonista principales, escapan a este ser-no ser que atraviesa la narración, falseando en ocasiones sus filiaciones a tenor de las circunstancias.
 
Al compás de esta partitura versátil y contrapuntística, mayormente en tempo allegro assai, las criaturas que habitan la historia mutan de estados de ánimo a su capricho, se mueven en sentimientos encontrados, así como con cambios inesperados de decisiones y acciones que, por momentos, rozan la inacción.

El lenguaje literario está igualmente al servicio de la coralidad estructural, concediendo amplia libertad a sus personajes multinacionales de expresarse coloquialmente en sus respectivas lenguas, si bien, obviamente, el idioma castellano les unifica. Así, en la narración conviven con graciosa soltura galicismos, anglicismos, canarismos, neologismos, argots e indisimuladas transgresiones lingüísticas.

También la voz narradora participa sugestivamente del juego especular.  La omnisciente predominante cede la palabra en ocasiones a una primera persona; en otras, concede un protagonismo circunstancial a criaturas secundarias o testigos, cuando no es una segunda persona quien, monologando, deviene en narrante ocasional.

Esta íntima interrelación entre personajes y sus particulares texturas, idiomas y voces narradoras, está concebida deliberadamente en función de la trama y sus sorpresivos giros argumentales.

…Y habiendo víctimas, heroínas, héroes, villanas y villanos, secretos, clandestinidad, enredos, persecuciones y una intrigante peripecia central que urde, unifica y da férreo sentido al devenir de la narración el telón final, el género literario se define por sí mismo: novela negra de suspense.

La totalidad de este universo polisémico transcurre en Gran Canaria. Isla como metáfora de tierra encerrada en agua con múltiples escapatorias, ciertamente, pero también sin ninguna. No por azar la amenaza más ominosa en el Archipiélago es: “te marchas tú de la isla o me marcho yo”. 

… Y otra vez el destierro, la migración, la pérdida de identidad. El círculo se cierra.    

 
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Una ejecutiva madrileña, Aurora Barragán, viaja a Las Palmas de Gran Canaria en su quincena de vacaciones. Mujer más bien impávida, de carácter racional y equilibrado, a poco de llegar y a consecuencia de un inusitado cúmulo de malentendidos es reconocida como una de los suyos por los integrantes de una mafia internacional que trafica con inmigrantes, ampliamente buscada por la INTERPOL. A raíz de esta circunstancia fatídica, la pacífica Aurora deberá afrontar una vorágine de acontecimientos rocambolescos que pondrán en peligro su vida.

En Aquí pasa algo raro conviven dos géneros raramente emparentados: la novela negra de riguroso planteamiento y la de humor coral. Jugando con numerosos personajes de distintas nacionalidades, caracteres y objetivos, la narración seduce tanto por la solidez de la historia como por su ritmo vibrante e intenso con escenas hilarantes que se suceden sin tregua.  

 
 
 


Susana Guzner (La Plata, Argentina). La autora de La insensata geometría del amor, considerada una de las mejores novelas contemporáneas en su género, ampliamente traducida; Punto y aparte; la comedia teatral Detectives BAM y 72 juegos para jugar con el espacio y el tiempo, y co-autora de antologías como No solo duelen los golpes (alegato sobre la violencia machista contra las mujeres en colaboración con Ángeles Caso, Rosa Montero, Rosa Regás, Espido Freire, Isabel Coixet y Soledad Puértolas), Dos orillas- Two shoresQue suenen las olas, escritoras que escriben en Marruecos y Canarias, Voces para Lilith (Literatura contemporánea  de temática lésbica en Sudamérica) nos brinda   una nueva y sorprendente muestra de su talento y maestría literaria en Aquí pasa algo raro.


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