viernes, 30 de enero de 2015

 

“Creativa y cosmopolita, 
Las Palmas de Gran Canaria 
al ritmo de los tiempos”
 
Por Teresa Iturriaga Osa
 
 
 
 
 
La vieja imagen turística de Canarias sigue pregonando al exterior una idea de la cultura isleña que debería reconsiderarse, porque la importancia de un lugar como Gran Canaria no puede limitarse a su belleza paisajística y a las excelencias de su clima. Esta isla, este bello accidente geográfico bendecido por los vientos alisios, es una tierra que posee una historia y una cultura de diálogo que ha servido de puente entre civilizaciones durante siglos y hoy es el crisol de corrientes universales muy interesantes. Por tanto, deberían borrarse los estereotipos cansados de Gran Canaria para descubrir la singularidad de sus diversos lenguajes, acercando la imagen de la isla a su verdadera dimensión creativa. No hay que olvidar que ésta siempre ha tenido importantes ejemplos de proyección artística cosmopolita como, por ejemplo, Néstor Martín Fernández de la Torre.
En la actualidad, muchos de sus artistas navegan por corrientes creativas contemporáneas que van plasmando en el arte, la arquitectura, la moda, la música, la escritura, el diseño. Por eso, sueñan que un día, en cualquier feria internacional de turismo, en lugar de encontrarse con la típica propaganda de Canarias con chicas en bikini entre flores, plátanos y arena, se visualizarán imágenes digitales con espacios impactantes y divertidos, arpilleras, telas, cuadros, esculturas, luces, notas musicales, diseños, texturas, gestos, aromas, colores, versos... y, por fin, Gran Canaria, como destino turístico cosmopolita, podría estallar de creatividad.
 
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Las Palmas de Gran Canaria siempre se ha presentado en las guías turísticas como una hermosa ciudad abierta a todos los visitantes del mundo. Cosmopolita y alegre, como rezan algunos anuncios publicitarios que se muestran al exterior, se vende al visitante con el reclamo de un clima suave y saludable que permite disfrutar de paseos y tertulias durante las noches invernales a una temperatura que no baja de los 15 grados. Pero, en realidad, en el exterior predomina el viejo estereotipo de sus playas con ambientes tranquilos y gente hospitalaria, dentro de una imagen de balneario del siglo XIX y de ciudad rezagada en la carrera del progreso. Es un destino ideal para un turismo de edad avanzada, con ciertos complementos dinámicos, comerciales y de ocio alrededor del puerto.
Sin embargo, esa imagen de la capital de Gran Canaria como urbe aislada de las corrientes de la vida moderna dista mucho de ser real, porque no es un lugar simplemente bendecido por sus coordenadas geográficas. La importancia del enclave marítimo de Las Palmas de Gran Canaria va mucho más allá. En efecto, su posición estratégica entre varios continentes –partiendo de su identidad histórica de villa colombina- ha creado durante siglos una cultura que ha sido puente y crisol de muchas corrientes sociales, estéticas, intelectuales, filosóficas, políticas, etc. Así lo acreditan las biografías de muchos pensadores, escritores y artistas canarios que en el pasado supieron aportar su personal universalidad, aunque ésta, en muchos casos, no haya sido comprendida. Tal es el caso de Néstor Martín Fernández de la Torre, un artista que nació en Gran Canaria y vivió entre finales del XIX y principios del XX, y se esforzó por llevar el arte a todos los sectores de la sociedad canaria en su deseo de expandir nuevos modelos de cultura a través del turismo de su época.
Néstor fue un visionario que se adelantó a su tiempo, pero hoy habría que retomar sus propuestas para lograr una renovación de los viejos estereotipos de Gran Canaria. La idea de una “Gran Canaria creativa” difundiría nuevos modelos de acercamiento intercultural basados en el estudio de la obra de sus creadores. Por ejemplo, podría empezarse a valorar la aportación cultural de la figura de Néstor. Un artista que viajó por toda Europa cargado de una insularidad de recuerdos imborrables, pero absorbiendo las corrientes de la modernidad para transformarlas más tarde en la pintura, la arquitectura urbana, la moda textil, el diseño, la decoración de vanguardia y la escenografía de su isla. Todo lo firmaba siempre con un toque único de personalidad. Y, al igual que él tomó los elementos de su tiempo y los mezcló con los ingredientes de sus geografías personales más queridas en un intento de construcción de una identidad canaria cosmopolita, las propuestas de hoy tendrían que difundir en nuevos soportes las imágenes de la vitalidad isleña, una comunidad con un gran potencial de creatividad. Ello iría alejando de las mentes la imagen de laxitud canaria que, por desgracia, aún sostienen algunos.
Recordemos ahora brevemente la figura de Néstor. En 1900, cuando todavía era un niño de trece años, Néstor pintaba sus excelentes marinas de la playa de las Canteras y parece ser que ya se adivinaba en ellas el genio de un gran artista. Era alumno del pintor catalán Eliseo Meifrén Roig, entonces residente en Las Palmas. Con apenas catorce años, partió hacia Madrid, donde comenzó su extraordinaria carrera artística con una ayuda del Ayuntamiento de Las Palmas para estudiar Bellas Artes. En Londres tomó contacto con el prerrafaelismo y después viajó por diversas capitales europeas como Barcelona y París, donde vivió largas temporadas desarrollando su obra entre las corrientes simbolista y modernista. En 1908 expuso en Barcelona con algunos de los maestros más importantes de su tiempo y en 1910 llegó a representar a España en la Exposition Universelle et Internationale de Bruselas. Expuso en capitales de varios continentes y recibió importantes premios internacionales. Néstor se nutría de toda la onda creativa europea de principios del siglo XX a la vez que viajaba a Las Palmas periódicamente a pasar sus vacaciones. Nunca olvidaba las Islas, aunque era consciente de la cruda realidad de una región cuya mentalidad seguía atrasada en muchos aspectos con respecto a las nuevas corrientes de la época. Aún así, se esforzó por cambiar las cosas. Desde su juventud, le gustaba participar en las tertulias de intelectuales y escritores de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria como Tomás Morales, Alonso Quesada, Saulo Torón, Fray Lesco, Claudio de la Torre, etc.
Pasaron los años y aquella euforia de principios de siglo que Néstor había conocido por el mundo en sus años de juventud ya se había ido convirtiendo en desazón y amargura colectiva, resultado del clima de inestabilidad económica y de confrontación bélica. Cuando Néstor decidió regresar a Gran Canaria en 1934 procedente de París, se encontró con un panorama desolador que contrastaba con las ideas que a lo largo de su vida había contemplado en las ciudades culturales europeas donde él había vivido y trabajado durante años, entonces, se decidió a emprender un cambio. En efecto, ante la decadencia del turismo en la Isla, surgió la iniciativa de fundar el Sindicato del Turismo en el verano de 1934, al que Néstor aportó su impronta artística internacional como miembro de su junta directiva. Tres años más tarde, él mismo redactó un manifiesto que recogía sus ideas sobre el turismo y realzaba la importancia de recuperar a través del arte los elementos de la tierra y la gente canaria. Néstor aportaba una visión estética que transformaría la realidad canaria acercándola a su ensoñación poética, como afirma el historiador Alfredo Herrera Piqué: “La obra de Néstor es un apasionado intento de reconstrucción del paraíso perdido. Por un lado, el paraíso mitológico, el Jardín de las Hespérides, el paraíso original de Gran Canaria, a través de esa cosmogonía mágica plasmada en el Poema del mar y en el Poema de la Tierra. Por el otro, el paraíso paisajístico y estético que era todavía Gran Canaria en el primer tercio de nuestro siglo. El empeño de preservar, revalorizar y promover las características y los valores de Gran Canaria y de la ciudad de Las Palmas, define la última etapa de la vida del artista”.
Desgraciadamente, el artista moría en 1938, víctima de una neumonía y sin ver cumplido su sueño. Sin embargo, ahí está el ayer y el ejemplo de Néstor como impulsor del desarrollo turístico del siglo XX, un artista que intentó forjar nuevos iconos de Canarias con imágenes originales y creativas.
 
 
 
 
 
 
Ahora situémonos en el hoy, en un mundo donde se están produciendo grandes cambios, dentro de un laberinto del que nadie puede escapar. Los dogmas y valores de otros siglos van desmoronándose paulatinamente y parece que fuera de nosotros el caos se apodera de todo, aunque no sea así. Un nuevo entorno mental se abre paso entre las dificultades de este período fronterizo y convulso que experimenta nuestra civilización. Bajo el dolor de las contracciones, se percibe un grito de esfuerzo que ya anuncia el alumbramiento de una nueva realidad evolutiva. Ciertamente, nuestro mundo se adentra cada vez más en esa espiral en que los conocimientos humanos están en plena transformación y, en muchos casos, las creencias anteriores se revelan básicamente falsas. Incluso, dentro de los estereotipos vigentes, encontramos informaciones en cierto modo acertadas por el peso del pensamiento colectivo, pero también exageradas, así como informaciones erróneas que ya no encajan en el presente de los diferentes grupos humanos. Y es que los individuos cada vez son más heterogéneos, complejos y difícilmente clasificables en compartimentos por sus rasgos comunes. Pero no hay motivos para alarmarse, estas nubes del “no-saber-clasificar” no son una amenaza, por el contrario, son portadoras de agua, son signo de un tiempo fértil, lleno de invención. Deberíamos confiar más en los físicos modernos cuando afirman que el mundo, a partir de ahora, puede estallar de creatividad. Ilya Prigogine sostiene que hay mucha belleza en este caos, hay también una pluralidad de futuros y es el fin de las certidumbres. En efecto, buscamos respuestas en medio de un campo infinito de reflexiones mientras nuestro pensamiento ya se ha puesto en marcha negociando su ritmo de carrera con la frenética velocidad de giro del universo. Y así vamos andando con la pasión y el vértigo de esta “era de la complejidad” hacia un horizonte inevitablemente cosmopolita.
En Las Palmas de Gran Canaria, este cambio de identidades ha ido modelando también una nueva imagen de nuestra sociedad isleña. Como fruto de los intercambios humanos entre varios continentes, ha brotado una interculturalidad que se plasma perfectamente en las propuestas artísticas de los nuevos creadores. Sus procesos de investigación plástica cristalizan en obras que abandonan los caminos de la estética establecida y nos proponen nuevos escenarios. A estos artistas les une la experiencia de ser puentes conciliadores de mundos. Su actividad creadora es un diálogo constante entre el entorno local del que proceden y su búsqueda de contacto directo con el exterior. En ocasiones, el ámbito local les puede llegar a resultar muy poco estimulante, ya que no satisface sus expectativas, por eso están en onda con los movimientos de la modernidad internacional, a la vanguardia de su época. En este sentido, es evidente que cualquier oferta cultural que se diseñe en el futuro para dar una nueva imagen de la ciudad de las Palmas de Gran Canaria en el exterior debería reunir ciertos elementos singulares de creación.
Debemos comprender que el arte no es un elemento ornamental ni de ocio aislado, sino que es una clave fundamental para la comprensión del mundo y el desarrollo integral humano. El arte es un elemento liberador de emociones, es el látigo de la imaginación que traspasa la barrera del sonido en el corcel veloz del sueño, el único capaz de hacernos volar y cruzar las gélidas montañas del tiempo y del espacio. La creación no es una opción, es una necesidad de la red social. Una educación en la creatividad es la base espiritual que ayuda a la formación de la identidad del ser humano en sociedad. Es obvio por tanto, que las sociedades de pensamiento avanzado deberían reciclar sus planteamientos y valorar el esfuerzo que supone la construcción de un nuevo discurso estético. Dar continuidad a la supervivencia del mito del arte como huida de la realidad o frivolizar su función degradándola a una mera inversión o transacción comercial, es negar la aportación del trabajo productivo del grupo de creadores de una comunidad.
Estas propuestas artísticas podrían tener un efecto socioeconómico importante en toda Canarias, un territorio que depende de los ingresos turísticos para su estabilidad y progreso. Estas facetas hondamente humanas del arte deberían incorporarse a las tendencias actuales de nuestro sistema económico y turístico como hizo Néstor. Al igual que él, con una mentalidad propia de su época, subrayó los grandes valores de la naturaleza, el paisaje, la artesanía, el folclore y la arquitectura tradicional y planteó una ambiciosa propuesta de proyección turística desde su visión imaginativa y artística, hoy debemos buscar un nuevo sentido estético acorde con el ritmo del siglo XXI. Por consiguiente, es preciso ofrecer a los nuevos usuarios del turismo global del siglo XXI la posibilidad de conocer una propuesta diferente de viaje, con eventos culturales de nivel internacional, una conciencia ecológica del paisaje, además de una producción artística, musical, literaria, científica, al ritmo de los tiempos. Hoy los destinos turísticos deben adaptar sus propuestas a ese perfil de visitante que pertenece a la ciudadanía cosmopolita y programa sus vacaciones con el objetivo de acercarse a la realidad del país que va a visitar. En este sentido caminan las propuestas artísticas que podrían presentar a la capital de Gran Canaria como una sociedad abierta a todas las corrientes creativas universales y reforzar con ello el compromiso cívico global que hoy, con urgencia, se precisa.
 
 
Congreso internacional "¿Verdades cansadas Fabricación y empleo de estereotipos sobre el mundo hispánico en Europa"
"Nationalités et régions à l'épreuve des stéréotypes" Université de Cergy-Pontoise (CICC) Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Instituto Cervantes Colegio de España
(Paris, 3/12/2005)

 

 


sábado, 24 de enero de 2015

 
EN PERFUME

Teresa Iturriaga Osa
 
 
 
Foto: María Del Río
 
 
 
 
 
     Hasta después
de muerta
no tengo la intención
                        de callarme...
 
     Pienso desparramar besos por el aire 
en un baile a frasco abierto,
                     ese libre irse en que mi falda arde
sobre todo rizo y flaqueza...
 
     Que no se diga
que sólo brillan
las inmundicias en los charcos,
                                 el barniz sospechoso de las aceras.
 
 

lunes, 5 de enero de 2015



POESÍA (Noche de Reyes)
 

"Sigue la línea"

Teresa Iturriaga Osa

 
 
 
 

Ojo, si en este momento se escapan del cielo
unos puntos rojos suspensivos,
es para abrir un dique entre tu mente y la mía.

Al paso de la cabalgata, fluye la Maga...
Cuando eso sucede,
no están permitidas las aceras ,
las armas se encarecen ,
caducan las licencias,
baten palmas sin permiso los calderos,
quedan pendientes los pagos,
y un trazado no rectilíneo, nada uniforme, gratuito,
abre la veda para cazar más allá de tus cortijos.

Mientras la Maga pasa entre colmenas,
por real decreto,
enmudecen las tertulias, partidas
donde se juegan a cartas tu destino.
De puntillas y descalza,
la Maga atraviesa ocho puentes colgantes
para llegar hasta ti,
salta de uno en uno los caparazones de tortuga,
los pisa y los hunde en las tierras de tu ser.

Pero te aviso:
entre punto y punto,
con tus neuronas más olvidadas,
ella va a ir tejiéndose una falda
y, como Clara por su casa, entrará su vendaval
por la ranura de tus ojos,
más aún, no parará
hasta que en tu almohada explote
el cielo estrellado de un cuadro indio.

(Déjala, déjala,
ella es así de loca.)

¿Un consejo?:
Maga no hay más que una.
Si te roza una tela roja… síguela.