“Creativa y cosmopolita,
Las Palmas de Gran Canaria
al ritmo de los tiempos”
Por Teresa Iturriaga Osa
La vieja imagen turística de Canarias sigue
pregonando al exterior una idea de la cultura isleña que debería reconsiderarse,
porque la importancia de un lugar como Gran Canaria no puede limitarse a su
belleza paisajística y a las excelencias de su clima. Esta isla, este bello
accidente geográfico bendecido por los vientos alisios, es una tierra que posee
una historia y una cultura de diálogo que ha servido de puente entre
civilizaciones durante siglos y hoy es el crisol de corrientes universales muy
interesantes. Por tanto, deberían borrarse los estereotipos cansados de Gran
Canaria para descubrir la singularidad de sus diversos lenguajes, acercando la
imagen de la isla a su verdadera dimensión creativa. No hay que olvidar que ésta
siempre ha tenido importantes ejemplos de proyección artística cosmopolita como,
por ejemplo, Néstor Martín Fernández de la Torre.
En la actualidad, muchos de sus artistas navegan por
corrientes creativas contemporáneas que van plasmando en el arte, la
arquitectura, la moda, la música, la escritura, el diseño. Por eso, sueñan que
un día, en cualquier feria internacional de turismo, en lugar de encontrarse con
la típica propaganda de Canarias con chicas en bikini entre flores, plátanos y
arena, se visualizarán imágenes digitales con espacios impactantes y divertidos,
arpilleras, telas, cuadros, esculturas, luces, notas musicales, diseños,
texturas, gestos, aromas, colores, versos... y, por fin, Gran Canaria, como
destino turístico cosmopolita, podría estallar de creatividad.
*****
Las Palmas de Gran Canaria siempre se ha presentado
en las guías turísticas como una hermosa ciudad abierta a todos los visitantes
del mundo. Cosmopolita y alegre, como rezan algunos anuncios publicitarios que
se muestran al exterior, se vende al visitante con el reclamo de un clima suave
y saludable que permite disfrutar de paseos y tertulias durante las noches
invernales a una temperatura que no baja de los 15 grados. Pero, en realidad, en
el exterior predomina el viejo estereotipo de sus playas con ambientes
tranquilos y gente hospitalaria, dentro de una imagen de balneario del siglo XIX
y de ciudad rezagada en la carrera del progreso. Es un destino ideal para un
turismo de edad avanzada, con ciertos complementos dinámicos, comerciales y de
ocio alrededor del puerto.
Sin embargo, esa imagen de la capital de Gran Canaria
como urbe aislada de las corrientes de la vida moderna dista mucho de ser real,
porque no es un lugar simplemente bendecido por sus coordenadas geográficas. La
importancia del enclave marítimo de Las Palmas de Gran Canaria va mucho más
allá. En efecto, su posición estratégica entre varios continentes –partiendo de
su identidad histórica de villa colombina- ha creado durante siglos una cultura
que ha sido puente y crisol de muchas corrientes sociales, estéticas,
intelectuales, filosóficas, políticas, etc. Así lo acreditan las biografías de
muchos pensadores, escritores y artistas canarios que en el pasado supieron
aportar su personal universalidad, aunque ésta, en muchos casos, no haya sido
comprendida. Tal es el caso de Néstor Martín Fernández de la Torre, un artista
que nació en Gran Canaria y vivió entre finales del XIX y principios del XX, y
se esforzó por llevar el arte a todos los sectores de la sociedad canaria en su
deseo de expandir nuevos modelos de cultura a través del turismo de su
época.
Néstor fue un visionario que se adelantó a su tiempo,
pero hoy habría que retomar sus propuestas para lograr una renovación de los
viejos estereotipos de Gran Canaria. La idea de una “Gran Canaria creativa”
difundiría nuevos modelos de acercamiento intercultural basados en el estudio de
la obra de sus creadores. Por ejemplo, podría empezarse a valorar la aportación
cultural de la figura de Néstor. Un artista que viajó por toda Europa cargado de
una insularidad de recuerdos imborrables, pero absorbiendo las corrientes de la
modernidad para transformarlas más tarde en la pintura, la arquitectura urbana,
la moda textil, el diseño, la decoración de vanguardia y la escenografía de su
isla. Todo lo firmaba siempre con un toque único de personalidad. Y, al igual
que él tomó los elementos de su tiempo y los mezcló con los ingredientes de sus
geografías personales más queridas en un intento de construcción de una
identidad canaria cosmopolita, las propuestas de hoy tendrían que difundir en
nuevos soportes las imágenes de la vitalidad isleña, una comunidad con un gran
potencial de creatividad. Ello iría alejando de las mentes la imagen de laxitud
canaria que, por desgracia, aún sostienen algunos.
Recordemos ahora brevemente la figura de Néstor. En
1900, cuando todavía era un niño de trece años, Néstor pintaba sus excelentes
marinas de la playa de las Canteras y parece ser que ya se adivinaba en ellas el
genio de un gran artista. Era alumno del pintor catalán Eliseo Meifrén Roig,
entonces residente en Las Palmas. Con apenas catorce años, partió hacia Madrid,
donde comenzó su extraordinaria carrera artística con una ayuda del Ayuntamiento
de Las Palmas para estudiar Bellas Artes. En Londres tomó contacto con el
prerrafaelismo y después viajó por diversas capitales europeas como Barcelona y
París, donde vivió largas temporadas desarrollando su obra entre las corrientes
simbolista y modernista. En 1908 expuso en Barcelona con algunos de los maestros
más importantes de su tiempo y en 1910 llegó a representar a España en la
Exposition Universelle et Internationale de Bruselas. Expuso en capitales de
varios continentes y recibió importantes premios internacionales. Néstor se
nutría de toda la onda creativa europea de principios del siglo XX a la vez que
viajaba a Las Palmas periódicamente a pasar sus vacaciones. Nunca olvidaba las
Islas, aunque era consciente de la cruda realidad de una región cuya mentalidad
seguía atrasada en muchos aspectos con respecto a las nuevas corrientes de la
época. Aún así, se esforzó por cambiar las cosas. Desde su juventud, le gustaba
participar en las tertulias de intelectuales y escritores de la ciudad de Las
Palmas de Gran Canaria como Tomás Morales, Alonso Quesada, Saulo Torón, Fray
Lesco, Claudio de la Torre, etc.
Pasaron los años y aquella euforia de principios de
siglo que Néstor había conocido por el mundo en sus años de juventud ya se había
ido convirtiendo en desazón y amargura colectiva, resultado del clima de
inestabilidad económica y de confrontación bélica. Cuando Néstor decidió
regresar a Gran Canaria en 1934 procedente de París, se encontró con un panorama
desolador que contrastaba con las ideas que a lo largo de su vida había
contemplado en las ciudades culturales europeas donde él había vivido y
trabajado durante años, entonces, se decidió a emprender un cambio. En efecto,
ante la decadencia del turismo en la Isla, surgió la iniciativa de fundar el
Sindicato del Turismo en el verano de 1934, al que Néstor aportó su impronta
artística internacional como miembro de su junta directiva. Tres años más tarde,
él mismo redactó un manifiesto que recogía sus ideas sobre el turismo y realzaba
la importancia de recuperar a través del arte los elementos de la tierra y la
gente canaria. Néstor aportaba una visión estética que transformaría la realidad
canaria acercándola a su ensoñación poética, como afirma el historiador Alfredo
Herrera Piqué: “La obra de Néstor es un apasionado intento de reconstrucción del
paraíso perdido. Por un lado, el paraíso mitológico, el Jardín de las
Hespérides, el paraíso original de Gran Canaria, a través de esa cosmogonía
mágica plasmada en el Poema del mar y en el Poema de la Tierra. Por el otro, el
paraíso paisajístico y estético que era todavía Gran Canaria en el primer tercio
de nuestro siglo. El empeño de preservar, revalorizar y promover las
características y los valores de Gran Canaria y de la ciudad de Las Palmas,
define la última etapa de la vida del artista”.
Desgraciadamente, el artista moría en 1938, víctima
de una neumonía y sin ver cumplido su sueño. Sin embargo, ahí está el ayer y el
ejemplo de Néstor como impulsor del desarrollo turístico del siglo XX, un
artista que intentó forjar nuevos iconos de Canarias con imágenes originales y
creativas.
Ahora situémonos en el hoy, en un mundo donde se
están produciendo grandes cambios, dentro de un laberinto del que nadie puede
escapar. Los dogmas y valores de otros siglos van desmoronándose paulatinamente
y parece que fuera de nosotros el caos se apodera de todo, aunque no sea así. Un
nuevo entorno mental se abre paso entre las dificultades de este período
fronterizo y convulso que experimenta nuestra civilización. Bajo el dolor de las
contracciones, se percibe un grito de esfuerzo que ya anuncia el alumbramiento
de una nueva realidad evolutiva. Ciertamente, nuestro mundo se adentra cada vez
más en esa espiral en que los conocimientos humanos están en plena
transformación y, en muchos casos, las creencias anteriores se revelan
básicamente falsas. Incluso, dentro de los estereotipos vigentes, encontramos
informaciones en cierto modo acertadas por el peso del pensamiento colectivo,
pero también exageradas, así como informaciones erróneas que ya no encajan en el
presente de los diferentes grupos humanos. Y es que los individuos cada vez son
más heterogéneos, complejos y difícilmente clasificables en compartimentos por
sus rasgos comunes. Pero no hay motivos para alarmarse, estas nubes del
“no-saber-clasificar” no son una amenaza, por el contrario, son portadoras de
agua, son signo de un tiempo fértil, lleno de invención. Deberíamos confiar más
en los físicos modernos cuando afirman que el mundo, a partir de ahora, puede
estallar de creatividad. Ilya Prigogine sostiene que hay mucha belleza en este
caos, hay también una pluralidad de futuros y es el fin de las certidumbres. En
efecto, buscamos respuestas en medio de un campo infinito de reflexiones
mientras nuestro pensamiento ya se ha puesto en marcha negociando su ritmo de
carrera con la frenética velocidad de giro del universo. Y así vamos andando con
la pasión y el vértigo de esta “era de la complejidad” hacia un horizonte
inevitablemente cosmopolita.
En Las Palmas de Gran Canaria, este cambio de
identidades ha ido modelando también una nueva imagen de nuestra sociedad
isleña. Como fruto de los intercambios humanos entre varios continentes, ha
brotado una interculturalidad que se plasma perfectamente en las propuestas
artísticas de los nuevos creadores. Sus procesos de investigación plástica
cristalizan en obras que abandonan los caminos de la estética establecida y nos
proponen nuevos escenarios. A estos artistas les une la experiencia de ser
puentes conciliadores de mundos. Su actividad creadora es un diálogo constante
entre el entorno local del que proceden y su búsqueda de contacto directo con el
exterior. En ocasiones, el ámbito local les puede llegar a resultar muy poco
estimulante, ya que no satisface sus expectativas, por eso están en onda con los
movimientos de la modernidad internacional, a la vanguardia de su época. En este
sentido, es evidente que cualquier oferta cultural que se diseñe en el futuro
para dar una nueva imagen de la ciudad de las Palmas de Gran Canaria en el
exterior debería reunir ciertos elementos singulares de creación.
Debemos comprender que el arte no es un elemento
ornamental ni de ocio aislado, sino que es una clave fundamental para la
comprensión del mundo y el desarrollo integral humano. El arte es un elemento
liberador de emociones, es el látigo de la imaginación que traspasa la barrera
del sonido en el corcel veloz del sueño, el único capaz de hacernos volar y
cruzar las gélidas montañas del tiempo y del espacio. La creación no es una
opción, es una necesidad de la red social. Una educación en la creatividad es la
base espiritual que ayuda a la formación de la identidad del ser humano en
sociedad. Es obvio por tanto, que las sociedades de pensamiento avanzado
deberían reciclar sus planteamientos y valorar el esfuerzo que supone la
construcción de un nuevo discurso estético. Dar continuidad a la supervivencia
del mito del arte como huida de la realidad o frivolizar su función degradándola
a una mera inversión o transacción comercial, es negar la aportación del trabajo
productivo del grupo de creadores de una comunidad.
Estas propuestas artísticas podrían tener un efecto
socioeconómico importante en toda Canarias, un territorio que depende de los
ingresos turísticos para su estabilidad y progreso. Estas facetas hondamente
humanas del arte deberían incorporarse a las tendencias actuales de nuestro
sistema económico y turístico como hizo Néstor. Al igual que él, con una
mentalidad propia de su época, subrayó los grandes valores de la naturaleza, el
paisaje, la artesanía, el folclore y la arquitectura tradicional y planteó una
ambiciosa propuesta de proyección turística desde su visión imaginativa y
artística, hoy debemos buscar un nuevo sentido estético acorde con el ritmo del
siglo XXI. Por consiguiente, es preciso ofrecer a los nuevos usuarios del
turismo global del siglo XXI la posibilidad de conocer una propuesta diferente
de viaje, con eventos culturales de nivel internacional, una conciencia
ecológica del paisaje, además de una producción artística, musical, literaria,
científica, al ritmo de los tiempos. Hoy los destinos turísticos deben adaptar
sus propuestas a ese perfil de visitante que pertenece a la ciudadanía
cosmopolita y programa sus vacaciones con el objetivo de acercarse a la realidad
del país que va a visitar. En este sentido caminan las propuestas artísticas que
podrían presentar a la capital de Gran Canaria como una sociedad abierta a todas
las corrientes creativas universales y reforzar con ello el compromiso cívico
global que hoy, con urgencia, se precisa.
Congreso internacional "¿Verdades cansadas
Fabricación y empleo de estereotipos sobre el mundo hispánico en Europa"
"Nationalités et régions à l'épreuve des stéréotypes"
Université de Cergy-Pontoise (CICC) Consejo Superior de Investigaciones
Científicas (CSIC) Instituto Cervantes Colegio de España
(Paris, 3/12/2005)
Gracias por avisarme de esta nueva entrada. Una reflexión profunda entre la obra de Néstor de la Torre referencia de la plástica canaria y una visión novedosa y vigente de lo que debe ser el turismo en las islas. Felicidades Teresa
ResponderEliminar