POESÍA
Teresa Iturriaga Osa
Mi cielo
(A mi madre)
Nunca
te he escrito un poema
porque
en todo poema estás tú.
Bella
presencia silenciosa, desgarras
la
emoción de mis vocales, perfilas
mis
consonantes más prohibidas
con
tu fuerza y elegancia, consigues
mantenerme
en un cálido equilibrio
gracias
a tu impulso de puerta entreabierta
a
la risa de mi infancia.
Eres,
¿cómo decírtelo?
Eres
la mismísima aurora
que
esquivas la debilidad de las nubes
en
mi tormenta.
Eres
el momento del misterio,
la
suave luz que escribe sin manos
en
mis espacios de flaqueza.
Respondo
a tus preguntas con la duda
mientras
tu corazón sigue escuchando el lamento,
el
pan de los demás,
la
música fértil de la ayuda.
Nunca
desfallece tu mariposa.
Me
construyes el alma,
expandes
su vuelo amable, sensible
cuando
me interpelas:
¿que
si existe un cielo?,
¿que
si existe un infierno?
Eso,
ama, todo eso está ahí
al
girar la puerta un poco más,
al
salirse del camino,
al
abandonar la densidad de este último cuerpo
la
palidez que soporta el hombre
en
los días de su torpe viaje.
Pero
yo pienso en ti y pienso en el cielo.
Porque
eres azul, amplia y generosa
como
una pestaña que se abre y se cierra
en
el ojo de Dios.
(8 de diciembre de 2014)
Fotografía: María Del Río