Cruce de alas
Silencio, barre de mí todo el caos
y llévatelo lejos
donde no puedan oírlo
ni los hijos de los pájaros.
Abrázame y déjame ovillarme
a tus muslos de acero
hasta que pase la tarde
a picotearme la nada.
He sentido la voz del gorrión
y tú no estabas,
la mirada del halcón,
y tú no estabas.
Ven ahora,
que ya el invierno vierte en la laguna
con esa luz de labios apretados
a punto de gritar un espacio en blanco.
Silencio, barre de mí todo el caos
y llévatelo lejos
donde no puedan oírlo
ni los hijos de los pájaros.
Abrázame y déjame ovillarme
a tus muslos de acero
hasta que pase la tarde
a picotearme la nada.
He sentido la voz del gorrión
y tú no estabas,
la mirada del halcón,
y tú no estabas.
Ven ahora,
que ya el invierno vierte en la laguna
con esa luz de labios apretados
a punto de gritar un espacio en blanco.
Teresa Iturriaga Osa