VALLE DE ATXONDO, MARZANA,
COMUNIDAD DEL ARCA, 1980.
VALLE DE ATXONDO, MARZANA,
COMUNIDAD DEL ARCA, 1980.
En nombre de las hojas
***
Es tan fugaz el cigarrillo del ciego…
Lo apaga sobre un lecho de hambre
y baraja sus cartas para atraer la lluvia
con la inercia del viento.
Palpa la fiebre del árbol,
brinda entre caricias
mientras las cuatro plagas
se juegan el bosque a la ruleta.
Pero llegará el tiempo de las hojas
y a zapatazos sorprenderán al loco,
sin espina ni lastre
que pare su llanto de piedra.
Teresa Iturriaga Osa
Valle de Agaete, octubre 2020
~ I CONCURSO DE MICRORRELATOS "La Perpleja" ~
Bar La Perpleja ~ Calle La Naval, 5 ~
Las Palmas de Gran Canaria
Tarde de lluvia en "La Perpleja" con mi buena amiga Deborah, precioso nombre de mujer para esta emprendedora palmera que derrocha amabilidad con sus clientes. Mientras agita la coctelera me cuenta que a los cuarenta años se quedó en paro y acudió a la Cámara de comercio cargada de preguntas que no pudo llegar a formular porque todas las preguntas se las hicieron a ella. Al salir de allí, sólo pudo decir: "me quedé perpleja". Y es que, hoy en día, iniciar un proyecto laboral y convertirse en autónomo es una hazaña que pocas personas se atreven a afrontar por las innumerables trabas y los pagos a los que les obliga la administración. Sin embargo, la ilusión hace crecer los sueños y aquí sigue esta empresaria, confiando en su aventura contra viento y marea. No, no se trata de un restaurante, es un bar con mucho estilo que dispone de una terraza donde llega el salitre de la playa de Las Canteras y se pueden degustar las tapas más exquisitas. Los firulillos de almogrote son una tentación difícil de olvidar... Hablamos de los tiempos difíciles que nos toca vivir, a Deborah Cabrera le deja estupefacta la pandemia. ¿Estupefacta? Sí, esa es la palabra. Perpleja ante la valentía, perpleja ante la sinceridad, perpleja ante la lealtad, porque tristemente no abundan... "La Perpleja soy yo", así se siente nuestra amiga. Y con buen criterio defiende la literatura como ese espacio sensible que nos libera por medio de la palabra y nos construye como sociedad, por eso nos invita a participar en el I CONCURSO DE MICRORRELATOS "La Perpleja".
__ 🔸BASES ▪️Puede participar cualquier persona física, mayor de edad, residente o no en Canarias y de cualquier nacionalidad ▪️El texto deberá incluir la palabra "Perpleja" ▪️La extensión no podrá superar las 10 líneas ▪️Deberá estar escrito en lengua castellana, ser original e inédito. Se enviará con título al mail: dcabreralorenzo@yahoo.com ▪️L@s participantes podrán identificarse con seudónimo o con su nombre y apellidos, mail y teléfono de contacto ▪️El plazo se abrirá el día 19 de octubre del 2020 y se cerrará el 13 de diciembre a las 15:00 horas (hora canaria)
__ 🔸PREMIO Cena degustación, para dos personas, de los platos creativos de La Perpleja Bar y entrega de una cerámica representativa del galardón
__ 🔸SELECCIÓN DE GANADORES Los Microrrelatos presentados serán seleccionados por un jurado designado por la dirección de La Perpleja Bar. El fallo se dará a conocer a finales del mes de diciembre. Se publicará en nuestras redes y web #barlaperpleja #bar #concursodemicrorrelatos #laspalmasdegrancanaria
Un fuerte abrazo a todo el equipo, Deborah, Laura, Mohamed...
Teresa Iturriaga Osa
Rara avis
Las bajas canciones destiñen las líneas,
rompen sus cáscaras de huevo los reproches,
se levantan los retratos de sus marcos
para gritar con voz ardiente esta injusticia.
Hoy anudo cada uno de tus giros de tuerca,
ese llamarme sin respeto a altas horas del azar,
mis olvidos a tu señal, un caso imposible de verdad.
A tientas, siempre a tientas,
los estertores me anuncian
una rara avis sin lealtad que
ya se muere.
De princesa de tules
a letra de
pañuelo...
Todo un túnel de miseria.
El recorrido de la quemazón.
*
Teresa Iturriaga Osa
AEROTXOKO
Cuando bajo de casa al txoko nunca me pongo delantal, a mí no me importa nada mancharme la
ropa para saborear la vida. Y un poco de estilo en la cocina tampoco está
reñido con la gracia en el guisar... Aquí las salsas bailan con un ritmo
ceremonial, y yo aprovecho el vals de los pucheros para subir de un salto al
columpio de aeroyoga y estirarme sin
miedo a ras de suelo, elástica como una gata. Coloco los estribos y me cuelgo
boca abajo, cerrando los ojos en el sonido de una campana. Es la llamada. L'appel.
Quédate donde estás.
En mi interior hoy se presiente la llegada de
los días de sonrisas. Medito sobre los campos de batalla, apago el fuego y el
ruido. Calma. A partir de ahora la vida se toma su rato, porque todo lo bueno,
lo singular, lo genuino, eso que de verdad vale la pena, siempre se hace
esperar. Un aroma intenso de cordero al chilindrón, chipirones en su tinta,
carrilleras y estofado de jabalí me rapta los sentidos en la bodega silenciosa
donde me explico el mundo al revés. Sospecho que el vino y la buena letra
necesitan tiempo. Trasiego. Necesitan fermentar.
Ya se acercan los momentos de felicidad…
Teresa Iturriaga Osa
CORTOMETRAJE DEL AMOR AL ARTE
RECUERDOS DE LA PLAYA CHICA EN LA NUEVA NOVELA DE
EMILIO GONZÁLEZ DÉNIZ “EL RELOJ DE CLÍO”
Por Teresa Iturriaga Osa
Mientras disfrutamos de la amistad y la literatura en la terraza de la Casa Roja del Paseo de las Canteras, el escritor Emilio González Déniz me habla de su nueva novela, un recorrido introspectivo coral de la mano de los personajes que le habitan. Y por los lugares de su geografía sentimental, destaca la presencia de los mercados, calles y parques de la ciudad antigua, el puerto, la playa… pero, sobre todo, el pulso de su escritura narrativa hoy se detiene en el fondo de una discoteca que hace muchos años solía frecuentar en la Playa Chica. Era la época en que la juventud se reunía en torno al baile y la música para disfrutar de una libertad incipiente hasta entonces prohibida en España. Fueron años de vino y rosas que no conviene olvidar. González Déniz registra esa vida explosiva en un ayer novelado con criterio, perspectiva, tiempo y distancia necesaria; todo ello unido a la técnica y a la prosa a las que nos tiene acostumbrados. Un estilo magistral que hipnotiza y ustedes se preguntarán entonces: ¿estoy soñando? No. Yo tampoco quiero despertar. Lean “El reloj de Clío” (Ed. La Palma) y lo comprobarán.
Fragmento de la novela “El reloj de Clío” de Emilio González Déniz:
“El
estruendo de una batería inoportuna cortó el baile, la conversación y, ¡oh,
todos los demonios! el abrazo. La música los obligó a separarse, primero las
mejillas, luego los cuerpos, después las manos. Cada cual saltaba entonces a su
modo (ella siempre ridiculizaría la estúpida manera de bailar del muchacho).
-Sentémonos,
Nureyev -rió Nanda cuando se hubo cansado de moverse al ritmo del sonido
Filadelfia, entonces en boga.
Y
se sentó. Teseo no pudo acomodarse a su lado, tal era el agobio de la rinconera
ocupada por el grupo de amigas. De pie, frente a ella, se esmeraba en mantener
el hilo de la comunicación, aunque solo fuera con gestos, sonrisas y miradas.
En cuanto observaba que alguno de los muchachuelos dados a la caza amagaba con
acercarse para sacarla a bailar, Teseo se agachaba para decirle alguna
estupidez al oído, que seguramente ella no entendía por el ruido ya que
respondía todas las veces con la misma expresión de <<ya lo sabía>>.
De esta manera tan poco original, Teseo logró que los navegantes avistados en
son de piratería se dieran cuenta de que Nanda estaba con él y eso entonces era
motivo suficiente para que los corsarios salieran espantados de las costas del
rincón de la discoteca.
A las nueve en punto cesó la penumbra. El pinchadiscos accionó la palanca que daba luz total a la sala. Los tonos oscuros del rojo de la decoración se suavizaron, la camisa malva de Nanda se aclaró hasta ser casi rosa. No obstante la luz, Nanda seguía siendo la misma; siempre Nanda ha sido Nanda: la república. La sesión de tarde de la discoteca de la Playa Chica terminaba con un vals, que ya nadie bailaba. La noche, para los adultos, ellos todavía eran demasiado jóvenes para llegar a casa después de las diez, aunque esa norma solo se aplicaba a las chicas.”
POESÍA
Era
otoño a mis quince años
Me pides que
te hable de un tiempo que se acostó bajo las ramas del tilo,
eso me pides,
un beso sobre el agua fría y lejana
del estanque a
mis quince años, princesa
aún
deslumbrante azul estrella, enamorada de los abismos
aquella niña
que se pinchaba los dedos
bordando su
velo negro a dos leguas de un castillo,
misterio
enredado entre las hiedras.
¿Sabes que
casi no la recuerdo?
Me dijeron que
rompía mis charoles al pisar los adoquines
de las playas
clandestinas
con la
insolente soltura de una belleza que yo nunca conocí,
empeñada
siempre en fijarme -pero qué tonta enamorada de una sombra-,
en equivocarme
de esquina y de abrazo
lentamente,
como oruga que lleva el humus,
escurriendo
tormentas y lechos de camelias de un bosque triste
en aquel otoño
huraño que tampoco me acogía... porque yo aún era primavera.
¿Vives?
A veces te
oigo el eco, jovenzuela descarada y llena de infinito, caprichosa
solo vienes a
mí cuando me besan, cuando me erizan con la franqueza
y el aire
estremece mi piel de esposa.
Oh, sultana,
oh diosa sin ruido y sin séquito, mueves tus caderas
cabalgas
dibujando sobre el mármol un ocho de fuego, silban los cascabeles de tus pies,
emerges de las
piscinas del Olimpo -cuando menos me lo espero-,
y me resoplas
a la cara el tedio de los años y los días.
AZUL ULTRAMAR
de Carmen del Puerto Varela / Ediciones El Drago
CAMPAÑA DE CROWDFUNDING
Por Teresa Iturriaga Osa
<<Cuando brilla el lapislázuli>>
AZUL ULTRAMAR, de Carmen Del Puerto, es un libro que
sorprende por su talante multidisciplinar. Un invento didáctico y lúdico de
gran profundidad, acompañado de un exquisito cuidado estético y, sobre todo, de
una personalidad que retumba con toda su fuerza como una voz lírica
inconfundible. A eso le llamamos los traductores “idiolecto del autor”, una
marca única que define al sujeto creador como su huella dactilar y nos acerca a
su programa emotivo-conceptual para descubrir el sentido del texto. No es
necesario decir que, en muchas ocasiones, en la tarea traductológica, a duras
penas se puede encontrar ese trazo común en su mayor nitidez. Quizá la densidad
del mundo material de los tiempos que vivimos y la fea costumbre de adherirse a
sus modas culturales, sea la causa de una falta de ingenio en la obra creativa.
En el caso de AZUL ULTRAMAR, hay que
confesar que fondo y forma constituyen un potente amplificador de la intención
de la autora, que no es otra que despertar el espíritu investigador a través de
su obra. Carmen, siempre entre libros y estrellas, ha aprendido a mirar
la vida por telescopio y perderse en el asombro de un universo infinito de
constelaciones donde todo se expande. De ahí que su mente abierta le haya ido
mostrando con muy buen criterio la puerta de entrada al juego de la
complejidad, al cromatismo que se aleja del pobre discurso del saber
cuadriculado. Como una mariposa del caos, en AZUL ULTRAMAR, ella emprende su
vuelo entre capas atmosféricas en sintonía. Del cuadro al poema, del poema al
cuadro, pasando por el mundo interior de quien observa, el proceso nos enseña
que en el aprendizaje nada se detiene, porque la energía se transforma
constantemente. Desde el primer verso, la poeta avanza como una onda cuántica
por territorios que los guardianes de la cultura aún se empeñan en mantener
alejados, pero ella insiste y sus electrones se despliegan más allá del azul.
De un polo a otro buscan su equilibrio hasta que por fin se encuentran en la
dimensión ultramar, espacio donde se abrazan las artes. Carmen nos
invita a seguir la espiral y danzar con los trazos y los versos en su
transparencia. Es su modo de decirnos que en ese viaje sensible cada cual es
libre de interpretar.
Y no es la primera vez que el azul
inspira a un artista y envuelve su obra con la intensidad de sus tonos. Ese
color ultramar, piedra lapislázuli cuyo simbolismo impregna todo el libro con
su lenguaje jeroglífico, nos transporta a la magia de Egipto, pero también al
alma de los pueblos pescadores del Mediterráneo. Cómo no recordar las paredes
de la villa y el jardín que Jacques Majorelle convirtió en un cuadro vivo al
pintar de azul su residencia de Marrakech.
La pintura, como la poesía, posee una
sintaxis y un ritmo musical rebosante de creatividad. De
ese modo, Carmen
Del Puerto ha conseguido adaptar, versionar, traducir la obra artística en
palabra, y lo ha hecho con un estilo que no se detiene en la mera copia que se
desprende del original. Es una bella manera de explorar el arte guiado por la
escritura poética. Nada mejor que unos versos del libro para confirmarlo:
No te sientas derrotada,
pues tu arte es genuino.
Duplicaste tu mirada,
desafiaste al destino.
Enhorabuena.
*****
Campaña de Crowdfunding:
https://edicioneseldrago.com/producto/azul-ultramar-de-carmen-del-puerto-varela/