DeLirium
Poemas y relatos
Teresa Iturriaga Osa
Editorial La Vocal de Lis, Barcelona, 2017.
Una
escritura sin fronteras
DeLirium viene a confirmar lo que ya sabíamos: Teresa
Iturriaga Osa es una escritora que, sin abandonar nunca su
inquietante mirada poética, posee también el don de la narración.
Los que conocemos su poesía, que casi tiene cuerpo físico, y sus
relatos, siempre sorprendentes, leemos este libro con la seguridad de
que no vamos a encontrar una sola rendija por la que pueda entrar la
decepción. Lo que sí confieso que me sorprende es que entregue
poemas y prosa narrativa en una misma publicación, aunque a poco que
avancemos en el texto nos iremos dando cuenta de que todos los textos
son piezas de un mismo engranaje.
No es tan raro que un libro contenga poesía y prosa, aunque esto
suele ocurrir con la prosa poética, y esa mixtura la encontramos en
la modernidad de nuestra lengua desde la publicación de Diario de
un poeta recién casado, texto en el que Juan Ramón
alterna prosa y verso sin perder el pulso de la poesía. Se me dirá
que, años antes, el propio poeta de Moguer usó la prosa en un libro
tan poético como Platero y yo. Hay dos diferencias
fundamentales que aclaran este punto: en el primero de los libros se
amalgaman poemas y textos en prosa que son fogonazos, instantes,
ideas, que nunca adquieren olor de relato; en Platero y yo sí
que hay una estructura narrativa que sirve de soporte a los instantes
poéticos que inundan todo el libro.
El volumen DeLirium participa de ambas concepciones. Hay una
parte final que se presenta gráficamente como un poemario, precedida
de un conjunto de dieciocho composiciones en prosa. Es en esta parte
en la que reside, a mi juicio, la mayor curiosidad del libro, porque
no se trata solo de prosas poéticas, que aparece como tal en
aproximadamente la mitad de los textos, hechos de imágenes
construidas con materiales cuidadosamente seleccionados; muestra de
ello son momentos tan luminosos como Alquimia o Madrid Pas
de Deux, entre otros. Los demás siguen siendo afilada poesía,
pero a la vez contienen una estructura narrativa que los convierte
claramente en cuentos sugeridores de historias más largas, que la
escritora pone a funcionar y deja al albur del lector. Así se
fraguan relatos como Sueños de guerra y paz o Estación
Neptuno. El azar, el destino y la casualidad –que a menudo es
causalidad- son los motores habituales, y es especialmente
paradigmático el relato En las arquerías del amor, en el que
el devenir narrativo y la mirada poética conforman un tándem que
roza la perfección.
En cuanto a los poemas, es palmario que la autora está en todos, a veces en apenas un verso: “Recitando sonrojos de azotea”. Es una mujer que mira desde muy lejos, conoce el territorio de una colectividad contaminada por miles de años de historia, y siempre acaba haciendo emerger lo femenino como el sonido de una campanilla que llama al orden, o a romperlo: “No concibo la vida sin mariposas en la frente...”
En cuanto a los poemas, es palmario que la autora está en todos, a veces en apenas un verso: “Recitando sonrojos de azotea”. Es una mujer que mira desde muy lejos, conoce el territorio de una colectividad contaminada por miles de años de historia, y siempre acaba haciendo emerger lo femenino como el sonido de una campanilla que llama al orden, o a romperlo: “No concibo la vida sin mariposas en la frente...”
Es muy
característico en la escritura de Teresa Iturriaga Osa que se rompa
la barrera del idioma, no solo por el uso de palabras y expresiones
en otras lenguas –especialmente el francés-, sino porque ella
transita por ellas en su vida cotidiana, y se ha insertado en
culturas distintas que convergen en una mirada muy particular. Sus
poemas tienen en el origen el lejano reflejo del simbolismo francés
y sus relatos, aunque no estén ambientados en París, huelen a
fragancia parisina ese aroma que viene de Maupassant y que respiran
los que desde fuera asumen París como suyo, sean Henry Miller,
Beckett, Cortázar o Kundera. En la escritura de nuestra autora se
funden el desparpajo de la Toscana, la dureza vasca, la música
mediterránea de su infancia, la ironía británica de las Islas
Canarias y también, por esas islas, un regusto de saudade
portuguesa.
Todo eso, bien disuelto lo uno en lo otro por una gran sensibilidad
poética y humana, dan como resultado una forma única de literatura
que se llama Teresa Iturriaga Osa.
***
Prólogo del escritor canario Emilio
González Déniz
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