NUTRICIÓN Y SALUD
Entrevista a Sandra Del Río
Gutiérrez
Por Teresa Iturriaga Osa
—Nadie duda de que los hábitos alimenticios tienen mucha
importancia para la salud. ¿De qué modo influyen en nuestro bienestar emocional
y mental?
—Adquirir
hábitos alimenticios —hablo
de los buenos—
requiere de muchísimo más tiempo del que la gente cree. No es tan fácil
adquirir “para siempre” un hábito que nos supone un esfuerzo y dedicación. Al
contrario que los malos hábitos, que generalmente, nos dan placer inmediato, no
suponen esfuerzo y es por ello que son muy fáciles de implantarlos en nuestro
día a día.
Los malos hábitos a largo plazo son los
que traen con ellos falta de energía, bajo estado emocional e insatisfacción
personal. No obstante, si realizamos un esfuerzo real, una educación nutricional
y vamos poco a poco implantando buenos hábitos, todo serán beneficios. Aumenta
nuestra energía, adquirimos más agilidad, mejores digestiones, mejor estado
emocional.
No hablo de una vida “perfecta”, ni
nutricionalmente ni emocionalmente hablando, porque eso, no existe. Hablo de
una vida sana, en el que el autocuidado físico y emocional esté presente como
algo habitual.
—¿Enseñas a tus pacientes a elaborar planes nutricionales
equilibrados?
—Eso
es. Intento lidiar con el concepto de “dieta”. Mi objetivo es educar. Y para
ello debo poner el foco en enseñar a mis pacientes a elaborar sus propios
menús, adaptados a la vida individual de cada uno.
Además, trabajo con mis pacientes
conceptos que en una vida nutricionalmente y emocionalmente saludable son
clave. La flexibilidad y el permiso incondicional de comer.
—Danos tu opinión sobre la dieta tradicional mediterránea, ya que
los médicos siempre la han recomendado.
—A modo general, a la dieta mediterránea le podemos echar unos
cuántos piropos. Se basa en un alto consumo de frutas, verduras, legumbres,
cereales integrales, frutos secos y aceite de oliva. Pauta un consumo moderado
de lácteos saludables, pescados (hace hincapié en los azules) y carnes magras.
Y deja para un consumo esporádico los dulces, carnes rojas y grasas no
saludables como las de los embutidos.
Y no solo es que sea una pauta
alimentaria, si no que hace referencia a un estilo de vida, en el que incluye
una moderada actividad física, un correcto descanso, la convivencia entre
comensales, la estacionalidad de los alimentos, entre otros.
Seguro que todos tenemos en mente la
pirámide nutricional. La Fundación Dieta Mediterránea refleja todo lo anterior
en ella. La parte que a modo personal cambiaría sería la que hace referencia al
consumo de alcohol. En la pirámide aparece “con moderación y respetando las
costumbres”. Personal y profesionalmente la eliminaría de la pirámide, ya que
no es algo que debería ser parte de una normalidad.
—Las redes sociales nos invaden con la publicidad de influencers sin ninguna formación en
dietética y, sin embargo, actúan como expertos en coaching nutricional. ¿Podrías aconsejarnos al respecto?
—Estamos
en la era de la sobreinformación y curiosamente, por culpa de ello, en la que
menos sabemos. Me parece complicado, por no decir imposible, hacer
desaparecer todo esto, así que mis consejos son los siguientes:
· Selecciona muy bien aquellas personas a
las que queremos seguir, verifica la cuenta, asegurando su profesionalidad en
el mundo de la nutrición.
· No te creas todo lo que ves, ninguna
cuenta en redes sociales, sobre nutrición u otros temas, refleja la realidad al
100%.
· Además, aconsejo contrastar la
información en varias fuentes, si son en páginas de organismos oficiales (OMS,
SENC…) mejor.
· Sobre todo, te aconsejo que antes de
que hagas cualquier cambio en tu alimentación sugerida por alguna cuenta en
redes sociales, consultes a un nutricionista o profesional de la salud, para
que todos los cambios sean personalizados.
Y si, aun así, le dedicas tiempo a las
redes sociales, evita a todo aquel que se respalde o su publicidad se base en
una dieta, da igual qué nombre le pongan (dieta keto, ayuno intermitente, la dieta paleo, detox…etc.).
Son formas de vender, de captar
pacientes “desesperados” por lograr el objetivo que sea (habitualmente
adelgazar o lograr el cuerpo con el que creemos que seremos socialmente
aceptados o simplemente más felices).
Spoiler: centrarnos en lo físico no trae la
felicidad ni hace desaparecer los problemas del día a día.
Se ha
demostrado que los adultos expuestos a estos contenidos de manera habitual
tienen una mayor insatisfacción corporal y emocional.
***
Sandra del Río
Dietista-Nutricionista
Col. NA00360
Consulta: Plaza Salesianos, 6, 1ºB (Pamplona)
Contacto por teléfono o Whatsapp al 611862720
Instagram: @nutrisan_pamplona
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