miércoles, 25 de agosto de 2021

 

EFFETÁ



Te han rechazado tantas veces

que has perdido la fe en la cuesta del suspiro.

 

Como si no pudieras sentir

la gran obra de arte

que se levanta ante tus ojos

delante del espejo…

plenitud sorda y muda, encallada en la arena,

bajo el arrecife del mundo de signos.

Pero no, gracias al rito,

te graduaste bien la vista

y llevas las gafas muy bien puestas

–las que un día te arrojaron al mar

entre litoral y litoral.

Y esa memoria procaz que te habita

por fin ha tocado tu boca,

los órganos de la vista y oídos,

tarareando una vieja canción:

“… hasta las estrellas perderían la cabeza

por estar contigo”.

 

Ya lo ves.

Respira, nada y ábrete.

 

Teresa Iturriaga Osa

 



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