lunes, 5 de agosto de 2019



Relato

La Corte dei Miracoli

Teresa Iturriaga Osa



        La Contessa Lara había empezado a olvidarlo, a conciencia, por salud. Aquel hombre la desconcentraba mucho de sus deberes. Llevaba meses en silencio, suspirando por sus halagos, encendiendo velas ante cualquier altar. Inimaginable para una mujer de clase alta corresponder a un caballero a primera vista, nada más conocerse. Un largo protocolo de acercamiento obligaba al aspirante a ciertos requisitos para obtener sus favores femeninos. Por supuesto, la naturaleza de aquella mujer -cuyo verdadero nombre era Eva Cattermole- se mostraba tan educada ante el escritor Mario Foresi que nadie podía sospechar que esa forma suya de ignorar la pasión era puro teatro. Los ojos negros tendidos al sol, los ademanes sinuosos del rayo interior que le taladraba los sentidos de punta a punta... Todo, absolutamente todo, bajo control. Tenía que manejarse con soltura contenida ante el mundo aristocrático de Foresi, recluido en su palazzo fiorentino del corso dei Tintori, donde escondía sus pulsiones con una luz desvaída de emoción y de sangre. En el atrio, una antigua inscripción de piedra presidía la noche como un mal augurio: Amici nemici - parenti serpenti - cugini assassini - fratelli coltelli.



 Villa Foresi / Lacona, Isola d'Elba.

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