viernes, 3 de mayo de 2019



SIN EL DEDO DE DIOS



"Por fin decidió quedarse. Encontró habitación en una casa rural situada en Los Berrazales. Desayunó frente a un paisaje de palmeras y flora exuberante. Después, bajó caminando los riscos hasta Guayedra, una playa de arena negra donde le rozaron los átomos de la vida transparente, un refugio de abrazos que se levantaban del océano y le invitaban al reposo de sus pies cansados, peregrinos del espíritu." (...)





Teresa Iturriaga Osa


Colección de relatos "El oro de Serendip", 
Ed. La vocal de lis, Barcelona, 2019.


No hay comentarios:

Publicar un comentario