Primer Festival
Hispanoamericano de Escritores promovido por el Ayuntamiento de Los Llanos de
Aridane y la Cátedra Vargas Llosa
En el siglo XVI, la isla
de La Palma recibió el privilegio de comerciar con América. La prosperidad de la
isla, al principio de su historia moderna, se encuentra especialmente ligada a
este hecho. La isla se convirtió enseguida en uno de los puertos más importantes
del Imperio Español. Los otros puertos que atesoraban este privilegio eran
Amberes y Sevilla. La isla de La Palma, por tanto, fue para los americanos, en
aquel momento —primeros años de hispanidad—, la tierra española más próxima a
América.
Es mucho lo común, lo
compartido y lo asimilado entre América y La Palma. Se trata de territorios
hermanados por diversos hitos históricos y un buen número de manifestaciones
culturales, además de por la lengua. Migraciones de ida y vuelta, cultivos,
gastronomía, la música popular, la arquitectura colonial, y —entre otras muchas
cosas más—, la música del propio idioma español, que produce múltiples y
diversas simpatías entre americanos y canarios. La Palma, como el conjunto de
Canarias, es esa tierra a medio camino, atlántica, entre el territorio español
peninsular y los países americanos de habla española (y viceversa).
En la Plaza de España de
la ciudad de Los Llanos de Aridane se encuentran los laureles de Indias que los
emigrantes de Los Llanos llevaron para su tierra a la vuelta de Cuba. El Cristo
de la Salud, que se encuentra en la Iglesia de los Remedios, es un Cristo de
Maíz moldeado en el siglo XVI por los indios Tarascos de México. El padre de la
antropología social moderna, Malinowski, en su introducción —fechada en Yale
University en 1940— al libro Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar,
de Fernando Ortiz, afirma: “He conocido y amado a Cuba desde los días de una
temporada y larga estancia mía en las Islas Canarias, en la Isla de La Palma.
Para los canarios, Cuba era la tierra de promisión, adonde iban los isleños a
ganar dinero para retornar a sus nativas tierras en las laderas del Pico de
Teide o alrededor de la Gran Caldera”.
Este Festival
Hispanoamericano de Escritores supone un encuentro entre escritores españoles y
americanos, con la particularidad de que concederá espacio a los escritores
españoles del conjunto de las islas, que ejercerán de anfitriones.
Entre los invitados a su
primera edición, el festival cuenta con al menos 12 importantes autores
hispanoamericanos: el Premio Cervantes Jorge Edwards, Gioconda Belli, Mónica
Lavín, Juan Carlos Méndez Guédez, Jorge Eduardo Benavides, Valeria Correa
Fiz, Hernán Lara Zavala, Carlos Franz, José Balza, Juan Carlos Chirinos, Gonzalo
Celorio y Alberto Ruy Sánchez.
El número de
participantes del ámbito literario nacional será de 8: Olvido García
Valdés, José Esteban, Ernesto Pérez Zúñiga, J.J. Armas Marcelo, Carmen
Posadas, Fernando Rodríguez Lafuente, Juan Cruz y Juan Manuel Bonet. Y a estos
se sumarán 12 autores españoles que desarrollan sus obras en las islas: Elsa
López, Santiago Gil, Anelio Rodríguez Concepción, José Correa, Teresa Iturriaga
Osa, Ernesto Suárez, Alba Sabina Pérez, la Premio Canarias de Literatura Cecilia
Domínguez Luis, Ricardo Hernández Bravo, Luis León Barreto, Roberto
Cabrera y Alexis Ravelo.
Además, en esta ocasión,
contaremos con un grupo de observadores, prescriptores internacionales de
literatura, como el editor francés Jean Marie Desbois, el crítico
ecuatoriano-estadounidense Wilfrido H. Corral, el librero y editor
peruano-suizo Rodrigo Díaz Pino, etcétera.
Fuente: El Cultural de Canarias (13/6/18)
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