ATTK Editores reedita en e-book
REVUELTO DE ISLEÑAS
Colección de relatos de Dolores de la Fe y Teresa Iturriaga Osa,
cuya temática aborda la relación entre la escritura y la cocina.
María Dolores de la Fe es palmense, canariona; Teresa Iturriaga es palmesana, mallorquina; isleñas las dos, la primera con ese apego al terruño que se trasluce en toda su obra, rescatando expresiones y palabras que sin ella ya no existirían, y momentos que ya son memoria gracias a ella. Teresa es más cosmopolita, con un tirón afrancesado y una mirada hacia Africa y América que de alguna forma también la definen como canaria. Juntas han querido darnos un delicioso libro de relatos, <<Revuelto de isleñas>>. Son relatos alternativos en todos los significados, porque se suceden y turnan y porque miran el mundo a través de los sabores y los olores, que son los sentidos que más fijan la memoria. Una copa de Cune que se convierte en palabras y en un amor imposible, un aroma a potaje que se vuelve humor del de siempre, amigas que critican a un novio alemán de una de ellas, mujeres que hablan de sí mismas porque el mundo las aprieta y ellas huyen con la imaginación. La cocina se parece mucho a la escritura -ya lo dice el frontispicio del libro-, hay que ser creativos pero al mismo tiempo no olvidar lo básico. Hacer mala literatura es como echarle azúcar al puchero o sal a una tarta de frambuesas. Y tanto María Dolores como Teresa cocinan muy bien sus relatos, pues tienen en su justa medida el tomillo que necesita la imaginación, la sal que sazona el humor y el aceite puro de oliva de una prosa escrita por dos mujeres que conocen los secretos más recónditos de la literatura, y saben que una palabra en el sitio inadecuado -por hermosa y sonora que sea- puede echar a perder un texto, como ponerle el mejor dulce de membrillo a una lasaña.
María Dolores de la Fe es palmense, canariona; Teresa Iturriaga es palmesana, mallorquina; isleñas las dos, la primera con ese apego al terruño que se trasluce en toda su obra, rescatando expresiones y palabras que sin ella ya no existirían, y momentos que ya son memoria gracias a ella. Teresa es más cosmopolita, con un tirón afrancesado y una mirada hacia Africa y América que de alguna forma también la definen como canaria. Juntas han querido darnos un delicioso libro de relatos, <<Revuelto de isleñas>>. Son relatos alternativos en todos los significados, porque se suceden y turnan y porque miran el mundo a través de los sabores y los olores, que son los sentidos que más fijan la memoria. Una copa de Cune que se convierte en palabras y en un amor imposible, un aroma a potaje que se vuelve humor del de siempre, amigas que critican a un novio alemán de una de ellas, mujeres que hablan de sí mismas porque el mundo las aprieta y ellas huyen con la imaginación. La cocina se parece mucho a la escritura -ya lo dice el frontispicio del libro-, hay que ser creativos pero al mismo tiempo no olvidar lo básico. Hacer mala literatura es como echarle azúcar al puchero o sal a una tarta de frambuesas. Y tanto María Dolores como Teresa cocinan muy bien sus relatos, pues tienen en su justa medida el tomillo que necesita la imaginación, la sal que sazona el humor y el aceite puro de oliva de una prosa escrita por dos mujeres que conocen los secretos más recónditos de la literatura, y saben que una palabra en el sitio inadecuado -por hermosa y sonora que sea- puede echar a perder un texto, como ponerle el mejor dulce de membrillo a una lasaña.
Prólogo de Emilio González Déniz
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