<<Tronco
de fe>>
Un tronco de fe me nació de las manos,
cuatro palomas se posaron en mis pies.
La primera llegó envuelta en cenizas,
la segunda arrullándome el pelo,
la tercera,
ay, la tercera,
la tercera picoteaba mi piel...
Migajas de pasado iban saliendo de la ropa,
corrían los verdes cauces de mi vida
entraron allí donde solo yo conozco cerradura
era mi alma
gritaba entre aullidos de silencio
esa noria de emociones que me invade
los muros las palomas
la tapia del ayer se cayó encima
y por los guijarros salió la más pequeña...
Sí, era la cuarta paloma,
ella
la más insignificante de todas,
la más escuálida y fría,
y llevaba en su pico una rama de olivo,
y me la entregó entre sollozos del mañana.
Miré en el estanque y era yo.
(Tx. / Foto)
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