domingo, 29 de noviembre de 2020

 

TRAGEDIA EN EL MAR CANARIO… ¿HASTA CUÁNDO?

PROYECTO SED DE PALABRAS

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IV. Restos del azar

 

                    Hay un hueco entre manglares

donde se quedaron muchas cosas.

Saladas, dulces, desabridas o picantes,

las recuerdo únicas.

Se perdieron en el tránsito del tiempo,

juego de sombras,

ebullición de hierros,

ases contra ases.

                    Fue de repente.

Un intersticio húmedo rugió

desde el corazón de la jungla

y lo salvaje se adentró

por las esquinas más cándidas de mi piel.

Eclosionaron las esporas,

hombres arácnidos de corte oriental

se abalanzaron contra mí.

                    Ciega busqué las yemas trémulas 

de algún setero a flote,

te busqué, 

pero te escondían bajo un nicho de larvas.

Un enredo de bruma y viento elevó su puño contra mi conciencia.

¿Es malo dejarse soñar?

Lo hice.

Corrieron verdes ríos de esperanza.

                    Vestí mi desnudez con las flores del musgo.

Y en la torpeza del invierno, en manos del azar,

mis pasos desafiaron la corriente,

viví la oscuridad del golfo, las tormentas. Allí me quedé.

Dos pájaros fueron testigos de mi naufragio,

vieron cómo me fui a pique,

sus alas chocaron contra el nido, de verdad

que no pudieron ayudarme.

                    Al renacer, los saludé y deseé celebrar nuevas exequias.

Un huracán de versos cayó sobre su espalda.

Entonces, se giraron,

increpando al altísimo decir,

y esa mirada aplastó su frente

con mil huellas de elefante.

Anunciaba que

no están en venta los manglares.


 ***

Poema de Teresa Iturriaga Osa / Imagen de Sira Ascanio

 

 

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