sábado, 27 de abril de 2019


OFRENDA A LAS CANTERAS




El fuego de la niña maga

Un día, en Las Canteras,
una niña me nombró
tortuga de mar.

Despertó su bautismo de fuego
con la varita mágica, reían sus rayos,
llovían a pulso,
hasta convertirnos uno a uno en animal.
Estalló un vergel, juego, elipsis y
palabras desnudas de poses
se fueron asentando en el alma,
digna de seres salvajes.
Ya eres libre,
sonrió su destello
entre la multitud.
Al oído de las sombrillas, ella, chiquita,
sustraía luz a la tarde.
Y cuando pintaban su cara,
se le desplegaban brumas de abanicos en el pelo,
brillo de labios con boca de agua,
una alegría de náufragos sobre piraguas
recogidas en su melena,
ramilletes tan fulgentes como el jable,
bucles de ónix por ambos lados de la mesa.
No me quedó otra salida que sumergirme
después del ritual de carey y coral
que me ofreció en el espejo.
El arrecife guiñaba su haz multicolor,
seducía el infinito,
una infancia sin rubor ni acaso
al vaivén de la marea.

Y allí vi qué fácil,
pero qué fácil,
es la vida desde dentro.

Teresa Iturriaga Osa



jueves, 25 de abril de 2019



Viaje cósmico

Teresa Iturriaga Osa
  



        En este ángulo del mundo aletea el espíritu,
juega con sus rizos a enredarme las neuronas
                                            cayendo en picado
hasta perder la cordura
                           mientras juras llevarme al paraíso.


        Insistes en tu ráfaga de viento,
y lo haces muy bien
                                al agitarme las perlas,
pero
no es necesario.


         No es necesario, te repito.
Guárdate el dinero en el bolsillo
y resérvame un billete sin escalas
                                     para volar hasta tu nido,
que está ahí mismo: a dos besos de distancia.


         Sí.
Viajar es así de sencillo.
Y así de cósmico.
                   Grande y pequeño
como una sonrisa.

********