lunes, 22 de febrero de 2021

 

ARDEN LAS ZARZAS 

de Teresa Iturriaga Osa

 

6 RELATOS DE MUJERES CON TALENTO

ENZARZADOS EN POEMAS

Ya disponible en 

https://lavocaldelis.com/libros/arden-las-zarzas/

 


Ed. La vocal de Lis

Contacto: https://lavocaldelis.com/

Balmes 381 /2-1

08022 Barcelona

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https://lavocaldelis.com/libros/arden-las-zarzas/

  

LA ESPIRAL DE GERMAINE (fragmentos del libro)

 La mente humana siempre avanza, pero lo hace en espirales. 

(Mme. de Staël) 


          Germaine se tomó su tiempo para revisar todos y cada uno de los libros, en particular, aquellos por los que había sido acusada de haber provocado la desobediencia de las mujeres a sus maridos y a los sistemas de control de la República Napoleónica. Diez largos años de destierro a causa de sus ideas de libertad, tolerancia y emancipación contra el discurso imperante masculino. Propugnaba la instrucción intelectual de la mujer, basándose en una mentalidad revolucionaria que -paradójicamente- la excluía por completo del mundo de las ideas. Ahora volvían a tierra francesa sus ensayos malditos: De la influencia de las pasiones sobre la felicidad de los individuos y de las naciones, De la literatura considerada en sus relaciones con las instituciones sociales, Alemania y Consideraciones sobre los principales acontecimientos de la Revolución francesa. Y también estaba allí su novela Delphine, editada por toda Europa, en la que defendía el divorcio y la libertad de elección sentimental sobre los convencionalismos sociales y religiosos, el derecho de la mujer a vivir con independencia alzando su voz en la tribuna y, por supuesto, a dedicarse con talento a la Literatura. Todo ese esfuerzo y trabajo le costó el castigo de una mala reputación en todos los sentidos, al ser tratada como un monstruo de la naturaleza, mesalina, hermafrodita, aristócrata sospechosa y, sobre todo, enemiga de Napoleón, que le prohibió acercarse a París, arrojándola al exilio. Si bien es cierto que él la admiraba en silencio por su mente brillante y díscola, la rebeldía hecha persona, aunque fuera mujer. Pues como ella misma afirmó un día, al irrumpir en la habitación del Gran Corso mientras estaba en la bañera: el genio no tiene sexo.

(…)


Teresa Iturriaga Osa



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