miércoles, 24 de junio de 2020


<<La perla del pescador>>



Amanece en la costa y el pescador prepara sus redes, nadie le gobierna sino el murmullo de las olas, que aún duermen esperando su juego.
Hace días que la Luna esparció su luz por el fondo del mar, hace días que las conchas sueñan con un guiño de estrellas. Silban su canción de arena mientras la vida avanza y el amor se balancea.
Pero el tiempo del marinero es lento y es terco en su dulce silencio, por eso el nácar lo acaricia, lo calma y lo nombra como es. Sin amarras ni techo. Así, enjuto, parco en sus gestos de hombre entero.
El océano tiene sus razones, mueve a su manera los cuerpos, como cáscaras de ostras. Están hechas de grietas por donde se va colando la grava, fino accidente que dará lugar a la perla.

Teresa Iturriaga Osa




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