miércoles, 7 de noviembre de 2018




POEMAS PARA UNA MUJER

La marca de Judith


Vibra un látigo de arena, un eco.
Es la mujer arrebatada.

Quema y estira mi piel, me ataca,
pero en sus ojos felinos brilla
el guarapo de una palmera.
Avanza y se tiende sobre el alacrán,
me gira al abrazo sin reservas
y leo su nombre: Judith.
Esquirla y peineta de sol,
deshoja cabellos
de jaima en jaima.
Viene a ocuparme sin permiso.

Es ella la que arde entre las llamas,
un remolino que sube y baja,
va y viene, viene y va, golpea,
muerde la lámpara...
Voltea mi vientre de aceite,
precipita la oscuridad sumisa,
convierte en disidencia
la pasión de una noche,
fricciona los segundos con la espera.
Sí... y también viene a por ti...

Vuelve a gritarte lo mismo.
A ti, mujer libre de llanto y espinas.




Teresa Iturriaga Osa



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