martes, 21 de mayo de 2024

 

Allí se elevan sus alas




                    La isla es una ínfima meseta

materia que choca con el horizonte

como un buque mercante vacío sobre las rocas—,

suspendida en el azul turquesa.

Pianosa la llaman desde antiguo,

humilde, tímida presencia de tierra.

                        Su vientre de madre alberga nidos,

                                                     pájaros de paso, treguas.

 


        El eco responde al fragor del mirlo

mientras mil gaviotas ocupan

                                  los tejados de barro,

chimeneas de luz sólo cunas

al abrigo del viento elbano.

Es un rito perenne, mayo

es el croar de las ranas,

                         el cortejo y la cría.

 


Hay un ritmo natural, matices

que aclaman la vida, la pintan de rojo

una forma de ser y estar desnuda en el mundo—,

aunque lo humano se empeñe en aplastar

                                            su jolgorio de trinos.

Allí se elevan sus alas, cabeza, torso

erguido, con esa harina de fuerza

que fermenta el pan de cada día.

 

  Teresa Iturriaga Osa

Spiaggia dell’Enfola, Isola d’Elba,

mayo 2024.

 


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