J. M. CABALLERO BONALD
IN MEMORIAM
Duele tu pérdida, amigo mío. Y cómo. Porque cuando nadie creía en mí, ni
siquiera yo misma, llegaste tú y me llamaste por mi nombre completo. Abriste
las puertas de mi primer libro de poemas con una generosidad que selló nuestra
amistad para siempre. Te llevaré conmigo. No tengo palabras para agradecerte
todo lo que me has enseñado. Vuela, vuela alto.
Gracias, Pepa Ramis, por ser sus ojos y su voz durante estos últimos meses.
GATA EN TRÁNSITO de Teresa Iturriaga Osa
Ed. Alhulia, Granada, 2011.
Prólogo de J. M. Caballero Bonald
"Pasajera a bordo del sueño"
Tengo la impresión de que Teresa Iturriaga escribe poesía por lo mismo que
necesita hablar con los demás. Quiero decir que su actividad como poeta está
expresamente relacionada con sus cotidianos hábitos comunicativos. Basta con
elegir un poco al azar alguno de los poemas que se reúnen en este libro para
comprobarlo. Teresa Iturriaga ha ido elaborando Gata en tránsito como si
realmente se tratara de un diario en el que fuera informando a sus lectores –o
a sus oyentes– de las relaciones que mantiene con la vida que la rodea. Por ahí
se filtra efectivamente una serie de confidencias y reflexiones que van
poniendo de manifiesto la personalidad humana y literaria de la autora. Y por
ahí se estabiliza un concepto general del acto de escribir que remite a la vez
a una educación de delicados matices emotivos y a una sensibilidad de muy
fervientes conexiones con lo que se entiende por vocación.
Hay en estos poemas un reiterado empeño de interpretación de la poesía
misma. Elijo dos ejemplos entre otros posibles: “la poesía es una suerte de
enfermedad”, o bien, “la poesía sobrevive frente a la barbarie”. Afirmaciones
como estas exteriorizan bien a las claras uno de los principales objetivos de
Teresa Iturriaga: el del trasvase a un cauce poético de las enseñanzas propias
de cada día vivido. En Gata en tránsito se buscan respuestas a todo ese almacén
de preguntas interiores. “Pasajera a bordo del sueño”, la autora usa unas
formas escuetas, explícitas para narrar un mundo personal que tiene mucho que
ver con la experiencia del paisaje. Abundan ciertamente en el libro las
referencias a una flora y una fauna que constituyen de hecho el escenario de
una poesía a la vez susurrante y extrovertida, no exenta a veces de secretas
ramificaciones. Cuando Teresa Iturriaga escribe “Tú, túnel del yo”, está
sacando a flote esa parcela de la expresión poética que precisa de ciertas
dosis enigmáticas para ser más sugestiva. Gata en tránsito cumple sobradamente
con esos atributos.
J.M. Caballero Bonald
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