lunes, 16 de agosto de 2021

 


Magia al sol



El vendedor empezó a limpiar los libros antiguos, estaban llenos de polvo e intentaba adecentarlos con la manga de su camisa, pero yo le detuve.

No, no, no se preocupe, eso no me interesa; alcánceme, por favor, la lámpara de plata.

Él extendió su brazo hacia la vitrina y lentamente volvió a iniciar su ritual del decoro, ocultando las manchas del metal.

Envolvió la joya sobre un paño de seda con ribete azul.

Estaba predestinada.

Yo sabía que todos los objetos de aquel anticuario tenían un genio dormido en su vientre.

 

Teresa Iturriaga Osa




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