domingo, 29 de septiembre de 2019


Cruce de alas




Silencio, barre de mí todo el caos
y llévatelo lejos
donde no puedan oírlo
ni los hijos de los pájaros.

Abrázame y déjame ovillarme
a tus muslos de acero
hasta que pase la tarde
a picotearme la nada.

He sentido la voz del gorrión
y tú no estabas,
la mirada del halcón,
y tú no estabas.

Ven ahora,
que ya el invierno vierte en la laguna
con esa luz de labios apretados
a punto de gritar un espacio en blanco. 

Teresa Iturriaga Osa


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