domingo, 27 de agosto de 2017

 
Cabalga el silencio
 
 
 
  
Cierto, como dice la canción, "en el desierto puedes recordar tu nombre" y allí no podemos evitar que el dolor por las víctimas de la violencia nos sacuda la conciencia. Las poses y discursos sobran. Cabalga el silencio buscando un sentido a la muerte y no lo encuentra. La ira pregunta, se hunde en sus arenas, es difícil serenarla porque el odio no tiene explicación.
Por eso, mi respeto para siempre a todas las personas que en los momentos más difíciles no se bloquean, sino que ayudan a los que sufren; mi admiración a los que luchan y se dejan la piel por defender la paz y la justicia; mi gratitud a los que persiguen la verdad, pero no una verdad a medias. Esa tenacidad en la mirada les lleva a trabajar día y noche sin buscar medallas ni aplausos. Los hay, los he visto, son discretos y no se entretienen en figurar, pero brillan con luz propia y se les reconoce cuando pasan a tu lado y te salvan la vida sin pensárselo. Héroes anónimos que elevan la condición humana en todas las esquinas del mundo y compensan la negrura con su generosidad.

Gracias por estar ahí.
 
Teresa Iturriaga Osa

 
 
 
 

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