miércoles, 14 de septiembre de 2016



Días de leche y miel

Teresa Iturriaga Osa






Esta no es una buena noche para mí
y, justamente, apareces tú en medio de la tristeza.


Cae una nube de tules
como vahos de ventanas,
álbumes en sepia se abren de par en par
y escancian ojos de garza.


... Año tras año, llevo tus mares prendidos en el pelo,
esos besos acercándose al oído,
ronroneando sueños...


Cuando duerme una cuna despacio,
sus brazos se estiran en tallas de ángel.
Crecen fuertes, flexibles por un pecho de leche y miel
que alimenta hasta los huesos.
 ¡Vuela! Los tambores te bailarán el alma
hacia países donde nunca vence el frío.



***



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