DANZA DEL
VIENTRE AL RITMO DE LAS OLAS
ENTREVISTA
A LA BAILARINA SANDRA GONZÁLEZ
EN LAS CANTERAS
Por
Teresa Iturriaga Osa
“No somos
simple materia,
sino
forma que se insinúa en ella como una onda”
(Lanza
del vasto)
Bailarina, coreógrafa, profesora, diseñadora, Sandra González es una
apasionada de la creación artística y la danza en general. Su estilo propio con
base en técnica de ballet clásico y contemporáneo con algunas pinceladas de
estilo latino y tribal fusión, son la perfecta combinación con la danza
oriental. Sus actuaciones movilizan emociones inolvidables.
—En esta maravillosa Playa de las Canteras, el pasado verano impartiste clases de danza del vientre. Hay un vínculo, una conexión entre la Tierra y lo femenino que siempre insistes en recordar a tus alumnas en clase. ¿Cómo lo percibes sobre el mar?
—Prefiero decir
“la mar”, con la que tenemos una especial conexión aquellas personas que
vivimos cerca de ella. Las Canteras... ¿Quién no ha paseado sentimientos por la orilla? Las
Canteras, espacio de nuestro corazón por donde se pasean las alegrías y también
las penas... No podría vivir sin ella. Esa quizás sea la razón de su presencia
en nuestra danza. Los brazos flotan en movimiento, giros de falda amplia,
ondulaciones del estómago como olas. En su profundidad: el misterio. Como en
nosotras mismas. ¿No es así?
—Desde la Antigüedad, los seres humanos de diferentes culturas han utilizado la danza como un medio de expresión para comunicar sus emociones de manera simbólica en rituales, fiestas y ceremonias. Dime, Sandra, ¿qué es la danza para ti? ¿Una forma artística, un grito de mujer en el cosmos, un medio de sanación?
— Para mí es arte, mujer, sanación. Esas tres palabras describen lo que siento. También añadiría lo importante que es para mí el contacto feliz con otras mujeres al encontrarnos en cada clase. Artísticamente, la danza me da tanto como puede demostrar al mundo una expresión, es alimento del espíritu. Como mujer, me enseña concentración, femineidad, apreciando en mayor nivel la palabra mujer. Siempre es una sanación, por las emociones que se liberan al bailar. Es un buen ejercicio terapéutico, físico y mental. Sus beneficios son reales. Y, además, la conexión con otras mujeres produce una ayuda social entre nosotras al fomentarse la escucha mutua. Todo ello, sin duda, crea y fortalece los lazos de amistad.
—A muchas personas, a primera vista, la técnica de la danza del vientre les puede parecer muy difícil. ¿Requiere un talento especial y exige un alto nivel de preparación o, por el contrario, es una danza para todo el mundo?
—Es una danza para todos. Por supuesto, cada danza tiene su técnica, pero según mi
experiencia, la mayoría de las alumnas en sus comienzos se sorprenden por lo
que son capaces de hacer. No necesitas un talento especial, no necesitas un
alto nivel ni tampoco preparación previa. Solamente hace falta que le pongas
pasión a tu aprendizaje. Verás cómo tu constancia, tu paciencia y la práctica
regular, te llevarán a bailar como ya lo hacían en la Antigüedad. No olvides
elegir a una buena profesora que respete tu tiempo y valore tu esfuerzo. Y, tanto en clase como
en la vida, siempre insisto en que tengan respeto por sus maestros, humildad
para no olvidar su inicio, perseverancia en su trabajo, y conservar siempre la
ilusión. La danza nos transforma.
Escuela de Danza
Calle
Lucas Fernández Navarro nº 5 bajo
Las Palmas de Gran Canaria
TF. 646 88 99 66
SANDRA GONZÁLEZ
Su trayectoria como bailarina es
amplia. Comienza desde muy joven en el ballet clásico y su búsqueda de nuevas
formas de expresión le va llevando a disciplinas diversas. En el año 2000,
viaja fuera de Canarias y acude a los cursos de Danzas Orientales con maestros
de reconocido prestigio internacional como Raquia Hassan, Mohamed Moedaw, Randa
Kamel, Jillyna y Virginia Méndez, entre otros. En 2004 crea una asociación
cultural para la Danza Oriental llamada Danzarinas de Las Palmas. Al año
siguiente, esta pionera expone en el teatro su primer trabajo, estrenándose
como directora artística y participando activamente como diseñadora de
vestuario y bailarina. Desde entonces, ha logrado premios y aplausos por
doquier. Su labor artística y docente ha cosechado éxitos para las alumnas de
su escuela en festivales de todo el mundo.