martes, 9 de septiembre de 2025


DANZA DEL VIENTRE AL RITMO DE LAS OLAS

 *

ENTREVISTA A LA BAILARINA SANDRA GONZÁLEZ

EN LAS CANTERAS 

Por Teresa Iturriaga Osa

 *


“No somos simple materia,

sino forma que se insinúa en ella como una onda”

(Lanza del vasto)

 

Bailarina, coreógrafa, profesora, diseñadora, Sandra González es una apasionada de la creación artística y la danza en general. Su estilo propio con base en técnica de ballet clásico y contemporáneo con algunas pinceladas de estilo latino y tribal fusión, son la perfecta combinación con la danza oriental. Sus actuaciones movilizan emociones inolvidables.



 

En esta maravillosa Playa de las Canteras, el pasado verano impartiste clases de danza del vientre. Hay un vínculo, una conexión entre la Tierra y lo femenino que siempre insistes en recordar a tus alumnas en clase. ¿Cómo lo percibes sobre el mar?

—Prefiero decir “la mar”, con la que tenemos una especial conexión aquellas personas que vivimos cerca de ella. Las Canteras... ¿Quién no ha paseado sentimientos por la orilla? Las Canteras, espacio de nuestro corazón por donde se pasean las alegrías y también las penas... No podría vivir sin ella. Esa quizás sea la razón de su presencia en nuestra danza. Los brazos flotan en movimiento, giros de falda amplia, ondulaciones del estómago como olas. En su profundidad: el misterio. Como en nosotras mismas. ¿No es así?


 

Desde la Antigüedad, los seres humanos de diferentes culturas han utilizado la danza como un medio de expresión para comunicar sus emociones de manera simbólica en rituales, fiestas y ceremonias. Dime, Sandra, ¿qué es la danza para ti? ¿Una forma artística, un grito de mujer en el cosmos, un medio de sanación?

Para mí es arte, mujer, sanación. Esas tres palabras describen lo que siento. También añadiría lo importante que es para mí el contacto feliz con otras mujeres al encontrarnos en cada clase. Artísticamente, la danza me da tanto como puede demostrar al mundo una expresión, es alimento del espíritu. Como mujer, me enseña concentración, femineidad, apreciando en mayor nivel la palabra mujer. Siempre es una sanación, por las emociones que se liberan al bailar. Es un buen ejercicio terapéutico, físico y mental. Sus beneficios son reales. Y, además, la conexión con otras mujeres produce una ayuda social entre nosotras al fomentarse la escucha mutua. Todo ello, sin duda, crea y fortalece los lazos de amistad.





A muchas personas, a primera vista, la técnica de la danza del vientre les puede parecer muy difícil. ¿Requiere un talento especial y exige un alto nivel de preparación o, por el contrario, es una danza para todo el mundo?

—Es una danza para todos. Por supuesto, cada danza tiene su técnica, pero según mi experiencia, la mayoría de las alumnas en sus comienzos se sorprenden por lo que son capaces de hacer. No necesitas un talento especial, no necesitas un alto nivel ni tampoco preparación previa. Solamente hace falta que le pongas pasión a tu aprendizaje. Verás cómo tu constancia, tu paciencia y la práctica regular, te llevarán a bailar como ya lo hacían en la Antigüedad. No olvides elegir a una buena profesora que respete tu tiempo y valore tu esfuerzo. Y, tanto en clase como en la vida, siempre insisto en que tengan respeto por sus maestros, humildad para no olvidar su inicio, perseverancia en su trabajo, y conservar siempre la ilusión. La danza nos transforma.


 

Escuela de Danza

Calle Lucas Fernández Navarro nº 5 bajo

Las Palmas de Gran Canaria

TF. 646 88 99 66

bellydancesandra@hotmail.com

 

SANDRA GONZÁLEZ

Su trayectoria como bailarina es amplia. Comienza desde muy joven en el ballet clásico y su búsqueda de nuevas formas de expresión le va llevando a disciplinas diversas. En el año 2000, viaja fuera de Canarias y acude a los cursos de Danzas Orientales con maestros de reconocido prestigio internacional como Raquia Hassan, Mohamed Moedaw, Randa Kamel, Jillyna y Virginia Méndez, entre otros. En 2004 crea una asociación cultural para la Danza Oriental llamada Danzarinas de Las Palmas. Al año siguiente, esta pionera expone en el teatro su primer trabajo, estrenándose como directora artística y participando activamente como diseñadora de vestuario y bailarina. Desde entonces, ha logrado premios y aplausos por doquier. Su labor artística y docente ha cosechado éxitos para las alumnas de su escuela en festivales de todo el mundo.



 


jueves, 7 de agosto de 2025

 

NUTRICIÓN Y SALUD

Entrevista a Sandra Del Río Gutiérrez


Por Teresa Iturriaga Osa


Nadie duda de que los hábitos alimenticios tienen mucha importancia para la salud. ¿De qué modo influyen en nuestro bienestar emocional y mental?

Adquirir hábitos alimenticios hablo de los buenos requiere de muchísimo más tiempo del que la gente cree. No es tan fácil adquirir “para siempre” un hábito que nos supone un esfuerzo y dedicación. Al contrario que los malos hábitos, que generalmente, nos dan placer inmediato, no suponen esfuerzo y es por ello que son muy fáciles de implantarlos en nuestro día a día. 

Los malos hábitos a largo plazo son los que traen con ellos falta de energía, bajo estado emocional e insatisfacción personal.  No obstante, si realizamos un esfuerzo real, una educación nutricional y vamos poco a poco implantando buenos hábitos, todo serán beneficios. Aumenta nuestra energía, adquirimos más agilidad, mejores digestiones, mejor estado emocional.

No hablo de una vida “perfecta”, ni nutricionalmente ni emocionalmente hablando, porque eso, no existe. Hablo de una vida sana, en el que el autocuidado físico y emocional esté presente como algo habitual.

¿Enseñas a tus pacientes a elaborar planes nutricionales equilibrados?

Eso es. Intento lidiar con el concepto de “dieta”. Mi objetivo es educar. Y para ello debo poner el foco en enseñar a mis pacientes a elaborar sus propios menús, adaptados a la vida individual de cada uno. 

Además, trabajo con mis pacientes conceptos que en una vida nutricionalmente y emocionalmente saludable son clave. La flexibilidad y el permiso incondicional de comer.

Danos tu opinión sobre la dieta tradicional mediterránea, ya que los médicos siempre la han recomendado.

A modo general, a la dieta mediterránea le podemos echar unos cuántos piropos. Se basa en un alto consumo de frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, frutos secos y aceite de oliva. Pauta un consumo moderado de lácteos saludables, pescados (hace hincapié en los azules) y carnes magras. Y deja para un consumo esporádico los dulces, carnes rojas y grasas no saludables como las de los embutidos. 

Y no solo es que sea una pauta alimentaria, si no que hace referencia a un estilo de vida, en el que incluye una moderada actividad física, un correcto descanso, la convivencia entre comensales, la estacionalidad de los alimentos, entre otros.

Seguro que todos tenemos en mente la pirámide nutricional. La Fundación Dieta Mediterránea refleja todo lo anterior en ella. La parte que a modo personal cambiaría sería la que hace referencia al consumo de alcohol. En la pirámide aparece “con moderación y respetando las costumbres”. Personal y profesionalmente la eliminaría de la pirámide, ya que no es algo que debería ser parte de una normalidad.

Las redes sociales nos invaden con la publicidad de influencers sin ninguna formación en dietética y, sin embargo, actúan como expertos en coaching nutricional. ¿Podrías aconsejarnos al respecto?

Estamos en la era de la sobreinformación y curiosamente, por culpa de ello, en la que menos sabemos. Me parece complicado, por no decir imposible, hacer desaparecer todo esto, así que mis consejos son los siguientes: 

· Selecciona muy bien aquellas personas a las que queremos seguir, verifica la cuenta, asegurando su profesionalidad en el mundo de la nutrición. 

·  No te creas todo lo que ves, ninguna cuenta en redes sociales, sobre nutrición u otros temas, refleja la realidad al 100%.

·  Además, aconsejo contrastar la información en varias fuentes, si son en páginas de organismos oficiales (OMS, SENC…) mejor. 

·   Sobre todo, te aconsejo que antes de que hagas cualquier cambio en tu alimentación sugerida por alguna cuenta en redes sociales, consultes a un nutricionista o profesional de la salud, para que todos los cambios sean personalizados. 

Y si, aun así, le dedicas tiempo a las redes sociales, evita a todo aquel que se respalde o su publicidad se base en una dieta, da igual qué nombre le pongan (dieta keto, ayuno intermitente, la dieta paleo, detox…etc.). 

Son formas de vender, de captar pacientes “desesperados” por lograr el objetivo que sea (habitualmente adelgazar o lograr el cuerpo con el que creemos que seremos socialmente aceptados o simplemente más felices). 

Spoiler: centrarnos en lo físico no trae la felicidad ni hace desaparecer los problemas del día a día. 

Se ha demostrado que los adultos expuestos a estos contenidos de manera habitual tienen una mayor insatisfacción corporal y emocional. 


***

 


Sandra del Río

Dietista-Nutricionista

Col. NA00360

Consulta: Plaza Salesianos, 6, 1ºB (Pamplona)

Contacto por teléfono o Whatsapp al 611862720

Instagram: @nutrisan_pamplona



sábado, 22 de febrero de 2025

 

VIDRIO PERLA



Con gran alegría comparto la edición digital de mi nuevo libro de poesía “Vidrio perla”, un agradecimiento a la Vida. Asimismo, quiero felicitar por su magnífico trabajo a la Editorial danesa Aurora Boreal la editorial para los amantes del español, a su director Guillermo Camacho, al diseñador Leo Larsen y a todo el equipo.

 

Descarga digital Vidrio perla  eBook:

https://www.auroraboreal.net/aurora-boreal/editorial-aurora-boreal/3251-teresa-iturriaga-vidrio-perla

Vidrio perla
© Teresa Iturriaga Osa
© Editorial Aurora Boreal® ebook
Poesía

Febrero 2025

Diseño de la colección Leo Larsen
Dirección editorial Guillermo Camacho

***

Oh tú, el más allá de todo… ¿Cómo llamarte con otro nombre?

¿Qué himno podrá nombrarte?

En voz alta se van levantando los versos al paso de la belleza, verticales de silencios, acantilados dibujados por tu santa voluntad, enseñados quedamente a los atentos... Un cordón de plata cruza las horas desde mi playa con el vuelo de las nubes y, en un instante, pongo un pie en Sustraiak; me cuelo hasta el núcleo duro de sus entrañas, láminas de vidrio impactan en mi piel. Brilla la perla. Y en el parto de sus ondas, me escribes. Tú, que eres voz quebrada del recuerdo.

Teresa Iturriaga Osa

España. Doctora en Traducción e Interpretación por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Reside en Canarias desde 1985. Dedicada a la gestión cultural, periodismo, sociología, radio, poesía, ensayo, relato, traducción. Directora de los proyectos interculturales Que suenen las olas (Canarias-Marruecos) y Alar de rosas (España- Honduras). Sus libros: Mi Playa de las Canteras, Juego astral, Revuelto de isleñas, Desvelos, Sobre el andén, Gata en tránsito, Campos Elíseos, En la ciudad sin puertas, DeLirium, El oro de Serendip (L’Or de Serendip edición francesa), Arden las zarzas, Palabra de Gourmet, Al viento Maestral, Andra Mari, El Gladiolo rojo y Vidrio perla. Se incluye en varias antologías: Orillas Ajenas, Hilvanes, Fricciones, Ecos II, Doble o nada, París, Mujeres en la Historia I- II-III-IV, Casa de fieras, Madrid en los poetas canarios, Pilpil y mojo, En un lugar del Universo (IAC), Palabras descalzas, Sexo robótico, 2120, El mejor poema del mundo 2024 y El verano de tu vida.

 

jueves, 26 de diciembre de 2024

 




Lo mismo…

 

Cuando entraron tus palabras por el túnel,

una feria se instaló en mi regazo,

cuánto tiempo esperando tu saludo,

cuántos días, noches,

agujeros negros de duda

y nostalgia de tu rostro…

 

[Todos dicen que sólo cuentan las obras,

lo tangible a la vista, estela de lo real,

materia hecha carne y nada más.

Pero no es así.]

 

Porque cada sílaba 

tiene su propio dulzor terrestre

cuando se escribe con el corazón,

cuando se levanta una imagen

desde el lomo amable de las emes

y llega la infancia a enredarse en el pelo.

 

[Las palabras no son inútiles.

Vocales cerradas que auguran un abrazo,

puntos suspensivos en forma de puente

donde saltar a la otra orilla como antaño.]

 

Las palabras silban una canción de amor

tras un largo recorrido

en los trenes del silencio.

Ahora dormirán conmigo,

porque ya viven dentro, en paz acurrucadas.

Y nada es lo mismo.

 

Teresa Iturriaga Osa

Navidad 2024

 

 

miércoles, 31 de julio de 2024

 

EL GLADIOLO ROJO

Con gran alegría comparto la edición digital de mi nuevo libro de poesía "El Gladiolo rojo", seudónimo con el que me bautizó Lanza Del Vasto en la Comunidad del Arca en 1980. Doy las gracias de todo corazón a mi buen amigo el artista Alfonso Crujera por sus preciosas ilustraciones, que son parte del poema. Asimismo, quiero felicitar por su magnífico trabajo a la Editorial danesa Aurora Boreal la editorial para los amantes del español, a su director Guillermo Camacho, al diseñador Leo Larsen y a todo el equipo.

 

Descarga digital:

https://gourmetboreal.com/tienda/poesia/el-gladiolo-rojo-descarga-digital/

 

El Gladiolo rojo
© Teresa Iturriaga Osa
© Editorial Aurora Boreal® ebook
Poesía
ISBN 978-87-93935-81-5
Páginas 44
2024

Diseño de la colección Leo Larsen
Todas las ilustraciones cortesía ©Alfonso Crujera
Dirección editorial Guillermo Camacho

Teresa Iturriaga Osa

El Gladiolo rojo

eBook

Síntesis

Vivir poéticamente es abrir las puertas de la percepción al mundo esencial de las cosas. Así, El Gladiolo rojo se adentra en ese espacio del misterio. Todo es silencio. Trinos de pájaros. Vibración. Conexión con otro plano de conciencia donde lo sagrado parpadea en un instante. Estado alerta ante la presencia. Viaje del alma y del cuerpo. Nace el poema envuelto en las asociaciones emocionales del juego verbal. Nada escapa a la mirada simbólica. Y una voz interior resuena en cada pétalo como un retorno a la evidencia.






Teresa Iturriaga Osa

España. Doctora en Traducción e Interpretación por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Reside en Canarias desde 1985. Dedicada a la gestión cultural, periodismo, sociología, radio, poesía, ensayo, relato, traducción. Directora de los proyectos interculturales Que suenen las olas (Canarias-Marruecos) y Alar de rosas (España- Honduras). Sus libros: Mi Playa de las Canteras, Juego astral, Revuelto de isleñas, Desvelos, Sobre el andén, Gata en tránsito, Campos Elíseos, En la ciudad sin puertas, DeLirium, El oro de Serendip (L’Or de Serendip edición francesa), Arden las zarzas, Palabra de Gourmet, Al viento Maestral, Andra Mari y El Gladiolo rojo. Se incluye en varias antologías: Orillas Ajenas, Hilvanes, Fricciones, Ecos II, Doble o nada, París, Mujeres en la Historia I- II-III-IV, Casa de fieras, Madrid en los poetas canarios, Pilpil y mojo, En un lugar del Universo (IAC), Palabras descalzas, Sexo robótico, 2120, El mejor poema del mundo 2024 y El verano de tu vida.

Descarga digital:

https://gourmetboreal.com/tienda/poesia/el-gladiolo-rojo-descarga-digital/

 


 

viernes, 31 de mayo de 2024

 

Verano en almíbar 

de Teresa Iturriaga Osa

Relato incluido en la antología de varios autores "El verano de tu vida"

 M.A.R. Editor, mayo 2024.


Suena la música y se gobierna el mundo solo, caen los imperios, se deshacen los ovillos de seda sin hervor de cicatrices... Al ritmo de un bolero, las heridas se cierran solas en un albedo que anestesia... Asciende una quilla desde las capitales del sueño.

 

       Una gaviota centinela pasaba por el horizonte cuando me senté frente a la Playa de las Canteras, en la terraza debajo del apartamento de mi amigo Wolf. El sol traspasaba la copa de vino mientras mi mente voladora observaba y escribía jeroglíficos sobre la arena. Cerca de mi mesa, un señor mayor me miraba de reojo, quizá le recordara a un viejo amor. Su cabello de plata era como una nasa de sargos tristes que volvían al puerto sin impulso… Otros llenarían las despensas a cambio de su libertad.

    

     Yo llevaba puesto el colgante que me había comprado en el Gran Bazaar de Estambul. Creía que la piedra de calcedonia azul, al contacto con la piel, tenía poderes sobrenaturales que podrían guiar mis pasos hacia la claridad. Olía a salitre, a almíbar estival. Entonces me vestía al estilo adlib con sandalias mallorquinas de esparto y un turbante de colores me ayudaba a diluir los problemas del día a día. Me encantaban los detalles étnicos, los bolsos de macramé, pulseras de piedras, botones de nácar, cinturones de cuero, pendientes de fantasía… Aquella tarde, llevaba una falda roja cartujana que me habían regalado por mi cumpleaños. La falda tenía vida propia desde que un corro de conchas y algas ribeteadas decidieron habitar en el encaje. Se me enganchaba al caminar y, al salir de casa, me había dado cuenta de que empezaban a armarse un lío. Por eso, fui acercándome disimuladamente a la barandilla del paseo para desenmarañar su vocerío. Uno, dos y tres. Toques de varita… Et voilà!  Desorden arreglado.

     Era la noche de San Juan, un gentío abarrotaba la arena, las familias buscaban un entorno donde colocar su tenderete para pasar la noche mágica y bañarse juntos entre guitarras y tertulias. Un ritual antiguo en pleno solsticio con el que sacar una larga red de bendiciones fertilidad y prosperidad para todo el año del vientre del mar. Las enormes palmeras de fuegos artificiales en la oscuridad solían ser un espectáculo a las doce en punto, un homenaje a los ciudadanos que celebraban con arraigo las Fiestas Fundacionales de Las Palmas de Gran Canaria. A partir de las ocho, no quedaba un hueco donde sentarse en la arena, un jolgorio de barbacoas que durarían hasta la madrugada. Marea llena. Niños, niñas, jóvenes, pandillas enteras ocupaban la orilla entrando y saliendo del agua. Imposible explicar la amistad, la complicidad y el reencuentro que se daba esa noche. La Playa del Arrecife formaba parte de nuestros genes del alma, esos elementos constitutivos de nuestra personalidad que ya eran nuestras pertenencias, afectos y letras inscritas en las manos y en el rostro. De repente, me quedé suspendida en el aire, rezando al cielo como una vez lo hice a orillas del Bósforo. Flotaba. Debían de ser los efectos del vino blanco, un peligro. Oí que alguien me llamaba y levanté la cabeza hacia los edificios. Era mi amigo. Me hizo un gesto para que subiera y así lo hice.

     La casa de Wolf estaba llena de obras de arte, decorada con un gusto exquisito, había sido propietario de una tienda de antigüedades en el Barrio Gótico de Barcelona con su compañero José, y al mudarse, se lo trajeron todo a Canarias. Vivía rodeado de libros, discos, arte y belleza. Entrar en aquel espacio era como entrar en la Mezquita de Süleymaniye. Una plegaria encendida. Desde allí se oía lejano un rumor de aguas frente al Atlántico que se posaba sereno en La Peña la Vieja. Aprendía mucho con Wolf Hewer. Era muy culto dentro de su universo. Leía novelas y revistas científicas en inglés y alemán. Con un sencillo bañador y unas gafas de buceo, solía descender a la playa por la rampa de la calle Galileo y nadaba alrededor de La Peña varias veces al día. Era pura naturaleza, como un arrecife, una cala de confites, una alfombra de seba. Huía de las teorías. Aquel hombre de porte elegante llamaba la atención. Su carrera de modelo por el mundo le llevó a conocer lugares paradisíacos en Indonesia, Sudamérica, Sudáfrica, pero, en los años setenta, cuando llegó a Gran Canaria, se enamoró perdidamente de Las Canteras. Había viajado con unas modelos americanas a rodar un spot publicitario para la revista de moda francesa Marie Claire y todas le animaron a comprarse una casa frente al mar. En su atalaya de ocaso vivía desconectado del ruido.

     Al atardecer, sentados en la terraza, con la mirada perdida en el azul y dos copas de oporto, empezamos a charlar sobre sus memorias de juventud, cuando nos interrumpió el fuerte sonido de la megafonía. Desde la policía anunciaban que en sus dependencias municipales de la Plaza de Saulo Torón se encontraba un menor de aspecto chino con un bañador amarillo y, a los dos segundos, corrigieron la descripción detallando que más bien era japonés y, para rematarlo, ante la duda, dijeron que era oriental. Wolf y yo estallamos en risas, porque más que un aviso de socorro, parecía un chiste. Surrealista. La artrosis le cruzaba el cuerpo vencido, pero él seguía erguido pese a todo. Nunca perdía de vista el sentido del humor. Después de la anécdota, proseguimos con nuestra conversación. Mientras él hablaba, yo seguía con la mirada un tapiz en su salón. Siempre me gustó aquel lienzo con imágenes de elefantes ensortijados y tigres en la jungla. ¿Serían reales o fruto de la imaginación de las gentes? Quizá era una leyenda hindú con símbolos secretos que nuestra cultura no podía comprender. 

        —¿Lo compraste en alguno de tus viajes a la India?

        —Sí, señora.

        —Siempre he querido ir allí, por la fascinación que me produce su cultura ancestral. Pero, sobre todo, porque Gandhi dio su vida por la libertad y nos enseñó la fuerza de la no violencia. Me encantaría sumergirme un par de meses en un ashram.

        —No te dejes seducir por las fantasías que te cuentan, amiga mía. Si yo te contara lo que me sucedió en Nueva Delhi…

        —Cuéntame.

        —Resulta que después del rodaje de un anuncio para Dunhill, regresé al hotel de lujo con todo el equipo de producción y, entonces, recordé que necesitaba un par de calcetines de ejecutivo. Bajé al hall y el portero me explicó que en la misma acera podía encontrar una zapatería con marcas occidentales. Productos muy caros que solo podían permitirse los turistas y las clases adineradas. Seguí sus indicaciones y entré en la tienda. Pero cuál sería mi sorpresa cuando, al salir, sentí un bulto en los pies. Alguien lo había lanzado al pasar. Abrí la tela que lo envolvía y era un bebé recién nacido.

        —Qué barbaridad. Seguro que su madre no podía alimentarlo y prefirió dejarlo en manos de un hombre rico como tú. Una miseria.

        —Nunca he podido quitarme esa imagen de la retina. Me perseguirá hasta que me muera. No pude hacerme cargo de él.

        —Eres un baúl de sorpresas —murmuré—. Un maestro.

     El silencio se hizo en la terraza. Con su torso desnudo, curtido por el sol, disfrutaba del paisaje, era como un cuadro viviente con las puertas abiertas al océano.

     Todo aquello se fue, pero su lumbre no se olvida. Nunca les dije adiós a mis seres queridos muertos. A Wolf tampoco. No podía aceptar esa separación para siempre. El día que murió, la calcedonia azul me hizo comprender que el vacío avanzaba por la calle de las niñas pobres. El día que murió, su cuerpo de incienso unió las aguas del Mar Negro con el indomable Marmara. El día que murió, El Charcón gritó tan fuerte como un deseo de paz en reboso. El misterio del tiempo pendía de un hilo lunar, en el Muro Marrero la marea pasaba despacio y su colchón de burbujas se hundió en el jable para no desvelar nunca más sus secretos…

https://www.mareditor.com/narrativa/el_verano_de_tu_vida.html